Si un día no estoy…

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#MostroVacci

Ser diferente, sobre todo en México puede ser peligroso. La gente se siente con la libertad de atacarte solo por el simple hecho de que no les gusta algo que estas haciendo o cómo te vistes. El hecho de que la impunidad, la revictimización, minimización y la normalización de la violencia es parte de nuestra cultura no ayuda, ¿o acaso no cuestionamos a la víctima por qué le pasó tal o cual cosa? Porque al parecer la responsabilidad es de la víctima, no del agresor. También el hecho de que la norma es usar los puños para ganar un desacuerdo siempre hace que cualquier situación escale de manera rápida a niveles críticos de un momento a otro.

Cuando la burbuja se revienta, la realidad entra en tu mente como un río poderoso que arrasa con todo lo que conoces y te crea la necesidad de reacomodar todo lo que ya habías aprendido. Si no tienes cuidado, incluso puede destruirte de lo abrumador que es, pero es la forma más eficiente de aprender cosas nuevas, crecer como ser humano y hacerte casi indestructible. Es un proceso doloroso, pero vale la pena, aunque siendo honestos, es una lección que la mayoría de nosotros no escogería.

Por lo tanto, debo tener cuidado con lo que hago para no ponerme en una situación vulnerable. Es necesario cuidar lo que digo para no arriesgar ofender a la persona equivocada incluso de manera no intencional porque mi mera existencia se puede ver arriesgada o la misión de ayudar a otros se verá comprometida y me cancelarán, convirtiéndome en memes con tal de quitarle seriedad a mi misión y haciendo TikToks de lo mala persona que soy con una pasión que deberían mostrar cuando desaparecen personas o cuando una injusticia se presenta. Me atacarán hasta que me hagan explotar y me hunda más profundamente, comprobando que lo que decían sobre mí y luego encontrarán el siguiente tema para estar enojados.

El no formar parte de la norma me convierte en un blanco. Desde niño he sido el objeto de burlas que me han recordado lo aberrante que soy y lo desagradable que me consideran. De hecho, ellos ya sabían lo que yo era antes de yo mismo comprenderlo y no dudaron en gritármelo en la cara una y otra vez hasta que pude comprender lo que significaba.

Así que si un día desaparezco, no olviden mi nombre ni lo raro que era. No pongan mi foto pidiendo oraciones ni amenes vacíos e hipócritas porque no ayudarán a traerme a casa. No pongan en mi muro que me extrañan mucho porque no lo voy a leer dondequiera que esté. Si no vuelvo a mi casa quiere decir que ya no estoy aquí y que el mundo que tanto luché por mejorar me falló como lo ha hecho con tantos otros seres humanos. Si no saben de mí tengan en cuenta que la realidad de donde nos encontramos no es bonita y que el resultado no va a ser favorable. Sabemos perfectamente que alguien decidió que mi vida no tenía valor, por lo tanto, era desechable.

Si llego a hacer falta no exijan justicia durante una semana en las redes sociales solo para olvidarse de su enojo cuando el siguiente chisme de la farándula salga a la luz. Mejor dejen así las cosas y que mi tiempo con ustedes se convierta en un susurro en el tiempo. Dejen que las personas que me amaron sientan mi ausencia y se despidan de mí a su manera. No pongan mi nombre en los noticieros ni en carteles que la lluvia se llevará o serán cubiertos con los rostros de los que inevitablemente me seguirán. Mejor muestren la constante indiferencia que normalmente los agobia ya que al final de cuentas ni les afecta a ustedes. Igual espero que no sean ustedes o sus seres queridos el siguiente tema de moda.

No le mientan a la gente ni digan que soy un santo. Sean honestos y cuenten lo que amaban y odiaban de mí. Soy humano, algo debo tener que los haga cuestionarse su salud mental, sobre todo si son personas cercanas a mí. Tampoco digan que eran cercanos si ni nos conocíamos.

No se molesten en abrir una carpeta de investigación con nadie. Ya sabemos que al final dirán que me ausenté de manera voluntaria o que me quité la vida y me deshice de mi cuerpo yo mismo, ¿así que qué caso tiene? Evítense las vueltas y la burocracia. Es demasiado protocolario y prefiero que no estén pasando por eso esas personas que complementaron mi vida. No pongan flores ni fotos mías en ningún altar ni mucho menos hagan rituales religiosos en mi honor. Todos saben que esté donde esté estaré volteando lo ojos.

Si la sociedad me falla y el mundo me olvida, dejen que mi tiempo también quede en el olvido. No pierdan su tiempo mostrándole al mundo cuánto me amaban sabiendo en sus corazones que no supe de ustedes estando presente. No, no estoy deprimido ni estoy amargado, solo veo lo que hay a mi alrededor y lo anoto en mi escrito. El hecho de que es más importante la controversia por chismes un influencer que el asesinato de un ser humano es preocupante. Tenemos más pasión por un partido de fútbol que por la economía y la violencia que se vive en el país. Definitivamente tenemos las prioridades muy torcidas.

Si por buscar el cambio y la mejora me borran, mi única esperanza es que mi vida haya hecho alguna diferencia…

El miedo me detiene, pero lo terco me impulsa…

Cuídense mucho y compartan… si se atreven…

Saludos afectuosos de un alma triste.

Mostro.

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