Querido ex…

claricelecter@hotmail.com

El Diván de Mostro

Yo sé que éste es el momento cuando debo hacerte una carta donde te reclamo todas las cosas que hiciste mal y recordarte todo lo que te odio y lo enojado que estoy contigo. Es el momento que aprovecharé para lanzarte mi veneno y mandarte todos los malos deseos que hay en mi corazón hacia ti. Ha llegado la ocasión de exorcizar mis demonios y de decirte cuánto me arrepiento de haberte conocido…

Curiosamente, ahora que ya pasaron dos años de que nos separamos y me siento a gusto con mi soltería, no pude evitar pensar en ti. La gente me pregunta mucho por ti, que si hablamos, que si iremos a volver, que esto, que aquello. Entras a mi mente de vez en cuando y no puedo evitar sentir un gran agradecimiento hacia ti. Me trae recuerdos bonitos tu presencia en mi vida.

Me dicen muchos, si no todos los que te conocieron que nunca les caíste, que eras muy sangrón, que no parecía ser feliz contigo, que estoy mejor solito. Estereotípicamente, debería estar amargado, enojado con la vida y viviendo con un miedo profundo de que venga otra persona y me lastime, supongo que me imaginan llorando acurrucado en un rincón escribiéndote canciones de persona ardida donde pregone mi fuerza y hable de que renací como el fénix de las brasas o cualquiera de las frases tan trilladas que usan las personas que terminan una relación.

Yo sí tengo muchas cosas qué decirte:

Primero que nada, gracias: por haber sido el amor de mi vida, por haber llegado en el momento donde más necesitaba a alguien que me hiciera sonreír y que me diera esperanzas para seguir adelante. Tus locuras e inmadureces me hacían reír a carcajadas como un loco. Me hacían escaparme de mi propia cabeza para disfrutar las tontadas que hacías, muchas veces para divertirme.

Gracias por tu sentido del humor tan raro, que siempre lograba animar mi día, honestamente vivía por el momento en el que te volvería a ver. No había nada más rico que ir manejando hacia tu casa sabiendo que iba a tenerte cerca pronto. Era la mejor sensación saber que me estabas esperando para recibirme entre tus brazos y hacer que el mundo completo desapareciera.

Gracias por apuntar esos ojos negros en mi dirección y hacerme perderme en su belleza. Todo lo que quise en el mundo lo veía reflejado en esas canicas lindas de caracol que me miraban atentamente mientras me sonreían con tus dientes chuecos. Esa sonrisa lo era todo, sobre todo porque sabía que yo la causaba. Siempre que me mirabas se ensanchaba completamente y me hacía sentir bienvenido.

Te agradezco los años que pasamos juntos, casi siete. Yo sé que soy una persona rara y difícil, sin embargo sabías maniobrar conmigo, nos entendíamos bastante bien. Me encanta que nunca te intimidaste conmigo a pesar de todas las diferencias entre nosotros, en realidad a mucha gente le doy miedo y tu me mandabas a volar en cuanto no te gustaba algo.

Adoro el hecho de que me hacías avanzar hacia adelante siempre, por ti quería ser mejor persona. Por eso compré mi departamento, para tener nuestro espacio privado donde no necesitábamos estanos cuidando ni escondiendo para no incomodar a nadie. Quería ser mejor hombre, mejor novio, mejor amante, mejor todo. Sacaste muchas ambiciones en mí que no pensé que tenía.

Gracias a ti supe que yo podía amar y ser amado. Algo recíproco. Contigo conocí un abrazo y cómo llorar en los brazos de alguien sin sentirme incómodo. Contigo tuve eso y más.

Claro, tienes muchos defectos, ¡muchísimos! Pero no es el punto. No me enfoco en ellos porque en su momento tampoco lo hice. Te puedo asegurar que tus virtudes los superan por mucho. Siempre te dije que eres una persona maravillosa y te lo sigo diciendo ahorita que ya no somos nada.

Tienes mi eterno agradecimiento por hacerme sabes que yo era amado, que te gustaba pasar tiempo conmigo y por haberme demostrado que el amor existe y sobre todo que soy capaz de experimentarlo. El haber estado contigo me dejó muchas cosas muy bellas en el alma, algo que consideraba seco y moribundo. Dicen que cuando uno muere habiendo conocido el amor se van satisfechos. Yo lo he conocido gracias a ti y eso no tiene precio.

Por eso me cuesta trabajo estar enojado contigo, me cuesta mucho odiarte. Una parte de mí siempre te va a querer por eso y muchas otras cosas. Tuvimos momentos difíciles y lloré mucho por tu causa, pero todo al final de cuentas valió la pena. Esos altos y bajos de nuestra relación dejó en mi corazón una humanidad muy grande. Es por eso más que nada que no guardo rencores ni arrepentimientos cuando se trata de ti. Mejor me quedo con lo bonito, lo positivo y me llevo lo mejor de ti. Ojalá todos fueran tan suertudos.

Y a pesar de que ahora estoy feliz de que haya terminado, de estar sin ti en mi vida, esa parte de mí que se quedó con tu esencia impregnada siempre va a sentirse feliz de haber pasado por ti a ese Waldo’s aquél 19 de Julio del 2010.

Adoro haberte conocido, fuiste la mejor experiencia de mi vida….

Mis mejores deseos.

Mostro.

Deja una respuesta