
claricelecter@hotmail.com
En realidad no sé si ésta publicación sea positiva o negativa. Creo que a estas alturas ni siquiera importa. Considerando que en cada uno de ellos vierto mi alma y cuento partes de mi vida que en realidad no comparto con casi nadie, no debería darme miedo ir un poco más allá y avanzar un paso más hacia que me conozcan mejor.
He estado pensando últimamente en lo que es un amigo (claro, tenerlos constituye un placer en la vida que no cualquier persona se puede dar). Muchos los buscamos por todos lados y no tenemos la suerte de encontrarlos, sólo nos topamos con personas que no llegan cumplir nuestras expectativas, son malas con nosotros, resultan ser traicioneras o simplemente superficiales, por lo tanto, no son capaces de formar una relación verdaderamente íntima.
Entonces, cuando al fin nos topamos con una persona tan especial que decidimos empezar a compartir nuestra vida con ellos, empiezan las reglas y lo que esperamos de esas personas, por supuesto, cada uno de nosotros tiene su set de normas a seguir que hacen que la amistad tenga una estructura, el problema es que no todos tenemos la misma lista y podemos considerar cosas muy diferentes como prioridad en una amistad. Los hay quienes son muy entregados y leales. No sé qué tan sabio sea porque generalmente son las personas que terminan más lastimadas cuando algo sale mal. Triste pero cierto.
Hay otros que son más neutrales y van probando las aguas. Lo ven como algo práctico y que puede ser calculado. Me da la impresión de que a esas personas les cuesta trabajo dejarse llevar por la amistad y se topan con las barreras que ellos mismos se formaron. Como quizá sea todo lo demás en su vida, todo es neutral y puede irse para un lado o para otro. Todo es cuestión de balance.
También están lo que no sueltan nada. Son completamente reservados. De hecho, es el tipo de amigos que más duele tener. Nunca sabes lo que sienten porque no lo expresan. Tienden a ser muy carismáticos y alegres por fuera, pero la pared con la que te topas es inmensa y resistente. De hecho, dan la impresión de que son impenetrables. Siempre me he preguntado qué es lo que esconden. Son el tipo de personas que cuando te hablan o te hacen caso te sientes como si no hubiera otras personas en el mundo, y cuando te ignoran, te sientes lo peor de la existencia. Son esos que te buscan cuando te necesitan y te mantienen en reserva si no te ocupan. No son malas personas necesariamente, sólo que para ellos el concepto de amistad tiende a medirse más por el grado de utilidad que tú tienes para ellos.
En mi caso, me encantaría decir que soy el mejor de los amigos, oro molido, indispensable, leal, sencillo, lo más valioso. No lo soy. Soy una combinación extraña, excéntrica que a veces hace que la gente se siente incómoda. Puedo ser leal y protector, pero puedo ser extremo. A veces quisiera salvar a mis amigos del mundo, hasta de ellos mismos, pero en realidad no se puede. Todos necesitamos cometer nuestros errores. Mi trabajo como amigo debe ser estar ahí para escucharte llorar cuando te das cuenta de que te equivocaste.
En cierto modo soy arrastrado. Me cuesta trabajo admitirlo, pero es una verdad que me quema el alma. Si te mando un mensaje y no me contestas por horas no me molesto ni me siento triste, pero si me mandan un mensaje, tengo una necesidad fuerte de contestar al momento. De cierta manera creo en lo más profundo de mi alma que si no estoy 100% disponible me van a dejar.
Patético, lo sé. Pero al final de cuentas tantos años de baja autoestima y conductas autodestructivas traen consigo sus estragos y los vestigios del pasado pueden ser tan fuertes que pueden llegar a colorear el presente. Mi presente es claro: soy un ser humano, tengo errores, virtudes y también ideas estúpidas. Me rehúso a esconderme bajo una cortina de perfección. Sé que por ser psicólogo, algunas personas esperan que sea perfecto, balanceado y que mis emociones nunca salgan a la superficie, pero las apariencias me vienen importando poco. Prefiero compartirlo con ustedes y ver si hay otros que pasan por lo mismo. Elijo ser humano…
Me he descubierto en diferentes relaciones de amistad donde quiero darlo todo. El problema es eso: como doy todo, acostumbro a las personas a obtenerlo todo. Comprendo que en ese caso el culpable soy yo porque no pongo restricciones. Entonces cuando la gente se siente que las tratas como la realeza, llega un momento que se lo creen y es donde empiezan los conflictos porque cuando yo necesito algo y lo pido, no están dispuestos a darlo, ya sea el tiempo, el hombro para llorar o el cariño que tanto necesito a veces.
En esos casos, hay que ver qué tanto debe dar uno. Creo honestamente que toda relación debe ser dar y recibir. Lo importante es la comunicación, y si descubre uno que no se puede avanzar, entonces es tiempo de decir adiós. Cortar para curar.
Y ustedes, hermanos, hermanas, ¿qué opinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.
completamente identificada, pero bien dice mi BBF, Solo puedes dar lo que tienes, asi que pues hay quienes dan mucho es por que creo que tienes mucho que ofrecer amigo, corremos el riesgo de quedarnos vacios, pero nos encanta dar luz y solitos nos vamos encontrando en el camino, ofrecer amor y cariño creo que tarde que temprano se regresara, un abrazote!!!!!! me encanto el articulo!
Qué bueno que te gustó, Mar. Qué bonito mensaje das. Gracias por las palabras alentadoras. Te mando un abrazote.
Mostro.