
claricelecter@hotmail.com
Soy un ser humano, no una ecuación perfecta. No es tan fácil despejarme con una fórmula genérica que le aplicas a otros. Soy un ser complejo con sentimientos, pensamientos, una historia que moldea mi presente y que me ayuda a sobrevivir para poder conocer los retos que vendrán en un futuro. Mis sueños cambian y se expanden con cada día, por lo tanto, el querer interpretarme siempre va a ser un reto.
Si intentamos medir a las personas con unos parámetros establecidos por nosotros mismos, ten por seguro que vas a terminar decepcionado, porque al momento de que tratamos con seres racionales y pensantes, automáticamente salimos descalibrados porque es importante recordar que cada uno de nosotros, como individuos tenemos cosas diferentes en la cabeza y procesamos las cosas de manera individual, basándonos siempre en lo que conocemos y en lo que queremos tener en nuestros corazones, ya sean cosas positivas o negativas.
Por lo tanto, si le das una cajita cuadrada a alguien y le dices que tiene que caber ahí porque lo dicta la sociedad, porque la religión así lo ordena, porque Dios dice que así debe ser, porque la tradición está establecida o porque el honor de la familia está en peligro de ser manchado, es posible que esa persona trate de amoldarse y modificarse para caber en esa caja, todo con el afán de ser aceptado por la gente importante, el problema es que muchas veces nuestros ángulos raros no nos dejan entrar en el reducido espacio que se nos proporciona, y es cuando quedamos apretados, incómodos y a veces hasta en peligro de morir asfixiados porque muchas veces no cabe ni el aire suficiente para poder respirar. Y estar en ese ligar tan pequeño es algo desesperante, doloroso incluso. Llega el momento en que te sientes tan oprimido que a veces solo quieres morir para liberarte de la sensación de ahogo. Y todo por tratar de ser como uno creé que los demás quien que seas, porque es lo que te enseñan que es lo correcto. No importa que sufras, siempre y cuando la gente vea que estás en tu debida cajita.
Porque pobre de ti que se de cuenta la gente que tienes una forma propia, ideas propias y vida propia. No, eso no es posible porque siempre se han hecho así las cosas y no vas a ser tú el que va a cambiarlas. No le vas a traer vergüenza a tu familia siendo diferente, porque se van a burlar de ti por no ser normal y te va a traer muchos problemas. Es por tu bien. Es por el bien de los que te rodean, ¿qué va a decir la gente? ¿Qué les vamos a decir?
Son preguntas complicadas, definitivamente, porque ser diferente siempre va a hacer que la gente te mire y sin duda te juzgue. Claro, si pasa alguien que se viste diferente es porque es mala persona. Si trae el pelo raro es porque quiere llamar la atención. Si tiene sobrepeso es porque come mucho y si está comiendo sola es porque no tiene amigos y es una persona muy triste, ¿en serio?
Lo cierto es que NO, no sabemos la historia de esa persona. No tenemos ni la más mínima idea de por qué hace lo que hace. Es posible que use esa ropa y ese corte de cabello porque le gusta. Y que está comiendo sin compañía porque se le antoja pasar un tiempo consigo mismo o que tiene sobrepeso porque trae un problema médico. Y menos vamos a comprender a otros seres humanos si no abrimos nuestra mente a la posibilidad de entablar una conversación y realmente escuchar. A veces se nos olvida que platicando uno puede aprender tantas cosas y que muchas veces uno se topa con cada detalle tan interesante que ayuda que nuestros esquemas mentales crezcan y se nutran por el simple hecho de que nos hacemos a la idea de que ya sabemos todo. Triste, muy triste…
Tengo la fortina de que como terapeuta me toca escuchar tantas historias que se me hace difícil no aplicarlas a mis ideas personales. Cada paciente me enseña a apreciar las cosas buenas que hay en mi mundo y a no estar llorando por cosas irrelevantes. En realidad es sencillo, solo escucho lo que dicen y cuando llega la hora de reflexionar, escojo lo que aplicaré a mi vida y lo que no me sirve. Siempre hay algo nuevo qué aprender de la gente, hasta de la que más nos cae mal. Ns enseña lo que no queremos ser y lo que no deseamos tener en nuestra vida. Aunque sea de reversa podemos aprender de la gente, y eso llena al mundo de posibilidades, siempre y cuando estemos dispuestos a poner atención.
No vayamos a cometer el mismo error que cometen con nosotros: que vayamos a tratar de hacer encajar a otros en una cajita limitada por nuestros propios parámetros. Recordemos que todos somos individuos y por lo tanto somos diferentes y es esa misma rareza lo que hace que seamos más bellos, porque es como nos distinguimos unos de los otros. Es lo que a mí me hace Mostro y no otra persona.
Seamos la persona que nosotros necesitamos en su momento. Trabajemos juntos para hacer el mundo el ese en el que queremos vivir. a apreciar la belleza en lo diferente y a celebrar el valor que tienen esas personas que se atreven a ser ellas mismas en vez de criticarlas. Recordemos que los cambios y el crecimiento son de adentro hacia afuera, porque decir que son algo y a escondidas ser lo contrario no es ser humano, es ser hipócrita.
Seamos raros y vivamos sin miedo, total, si el mundo nos juzga es porque nuestra luz revela sus demonios…
Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué opinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.