
claricelecter@hotmail.com
Los varones somos una especie interesante. No por el hecho de que tengan algo tan intrigante que queremos explorar, sino por el hecho que parecen tener una neurona colectiva que hace que se comuniquen entre ellos de una manera tan sencilla que los que somos un poco diferente simplemente no comprendemos. Y combinado con una educación machista, misógina y faltante de habilidades de auto análisis crónico, son una combinación de creencias arcaicas, emociones estancadas y acciones dignas de un gorila epiléptico golpeando su pecho mientras corre hacia una selva que está incendiada.
Y sí, estoy consciente de que yo soy varón. Como todos los demás, tengo la educación estándar que la sociedad trató de imponerme, las mismas ideas retrógradas de que yo seré la cabeza de una familia, de que las mujeres son mas débiles y que deben ser controladas, usadas como objetos de mi placer personal y como mucamas y cocineras personales que deben actuar con prudencia en mi presencia porque yo soy el hombre y se me debe (en las palabras de una anécdota familiar) respeto, obediencia y consideración. Lo curioso es que mi cerebro fue diseñado diferente y los colores de mi alma no me permiten absorber todo lo que me dijeron que es correcto, por lo tanto, tengo mis propias opiniones, aparte que fui educado por mujeres que no son ni débiles ni sumisas, así que conozco de primera mano el poder femenino, en ese sentido fui afortunado.
Por alguna razón, mis encuentros con los heterosexuales tienden a ser muy estereotípicos. Cada que muestro interés en una plática con un chico resulta que piensa que lo único que pasa por mi mente son sus genitales. Al parecer, el voltear a ver a alguien, el platicar en una reunión, el sonreír o el mostrar el más mínimo de la educación hacia uno de estos especímenes se interpretan como un deseo sexual tan intenso que me cuesta trabajo contenerme. Casi tengo que amarrarme a la silla para no brincarles encima y recibir el premio de sus maravillosos cuerpos porque no hay mayor motivante que saciar mis apetitos con el templo que es su cuerpo…
Por lo que veo, su autoestima es muy grande, porque siendo realista, los que me han hecho esos comentarios de que ojalá no les tire la onda son las personas más feas que he visto en mi vida. Es más, creo que entre más horrible está el tipo, más piensa que lo deseo. No gracias. Sé que a muchos les sorprende saber que no estoy ardiendo por ellos, pero en serio, tengo ojos, tengo gustos y sobre todo, tengo estándares. Sé lo que me gusta y un tipo que es tan feo y aparte tan idiota y tan cretino no tiene ninguna posibilidad de captar mi atención. O sea que no, no te estoy coqueteando, solo estamos platicando en una reunión, solo estoy volteando a buscar algo, no disimulando no verte para babear con tu belleza. Si dicen que la belleza está en tu interior y estas tan podrido, pues ni a eso le atinaste ¿no crees?
Como el tipo con el que platiqué en un cumpleaños, todo bien, temas interesantes, hasta hablamos de embarazos y su novia (con mi pareja sentado a mi lado), y resulta que le dijo a mis amigos que yo le estaba coqueteando. El tipo parecía una piraña extra en una película de terror barata con esos dientes, pero se sintió acosado. Hazme el jodido favor. O la vez que un tipo me dijo en la calle que lo dejara de ver con ojos de deseo. Les juro que el señor estaba tan horrible que casi se me quita lo homosexual.
Y antes de que se pongan a decirme que no todos son así, lo sé. De hecho, mis amigos más cercanos son heterosexuales y nunca he tenido esas conversaciones tontas con ellos. Creo que tienen muy claro que lo único que me interesa es su amistad y que no voy a perder el control y acosarlos solo porque cuentan con los requisitos físicos para atraerme. El hecho de que tienes genitales masculinos no te hace deseable automáticamente. Si alguien te mira en la calle, no te desea, lo más posible es que desea que te quites del camino. Y no, no queremos platicar contigo, a veces solo queremos que nos dejen en paz y evitar conversaciones estúpidas con una persona con tres neuronas, dos de ellas en peligro de extinción. Si le doy me gusta a lo que publicaste, no estoy mostrando interés en ti, solo me gustó el meme que pusiste. Y si soy tu amigo, no estoy buscando la manera de casarme contigo, relájate.
Las mujeres y los LGBT+ tenemos el mismo problema. Tratando a la gente con educación y decencia nos convierte en acosadores. Y cuando somos asertivos y decimos que no nos interesan, nos insultan y nos dicen que ya quisiéramos poder. Nah, ese poder se lo regalo a otro afortunado. Mis tiempos de regalar mi tiempo, mi atención o mi cuerpo a patanes que sienten que son el regalo de los dioses al mundo quedaron en el pasado cuando no me sentía merecedor de amor ni de amistad. Esos tiempos donde cualquier idiota que me mostraba el más mínimo de atención obtenía lo que quería de mí me enseñaron a valorar lo que en realidad le puedo ofrecer a esas personas que quiero porque mi amor y mi amistad son muy valiosas.
Así que no, no estamos coqueteando contigo. Estoy seguro que eres un hombre muy bello (en algunas culturas), pero no eres de mi gusto, o no me caes bien, no simplemente, no tengo interés alguno en ti. No me atrae todo lo que se mueve ni me interesan todas las pláticas, así que te puedes guardar tus comentarios de que no te vaya a tirar los perros o que te incomoda que te vea porque lo más posible es que mis ojos chuecos se están esforzando mucho para alejarse de ti.
A veces siento que mi coeficiente intelectual disminuye diez puntos cada que tengo una de esas conversaciones.
Y a ustedes hermanos, hermanas, ¿les ha pasado? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.