Lo que se oculta dentro de mí

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#MostroVacci

Dicen que mostrar quien eres en realidad es malo, que puede ser peligroso. Las personas sólo buscan lastimarte, dicen otros. Sólo es cuestión de que encuentren tus debilidades para que comiencen a usarlas en tu contra. El caso es que siempre debo estar sospechando de la gente que me rodea, debo esperar siempre lo peor de todos, incluso hasta de las personas que leen esto, ¿será que leen mis escritos sólo para buscar la manera de destruirme?

En la preparatoria recuerdo que hice un amigo, Irving. Un chico inteligente, carismático e interesante, nos llevamos bien desde el principio y nuestra amistad se hizo más fuerte conforme pasaba el tiempo. De hecho, él me preguntó si era “gey” en un papelito para no hacerlo públicamente. Era un amor el tipo. Hasta un día que me dijo que yo tenía muchas armas contra él y que él no tenía nada contra mí. Mi única respuesta fue que eso no era mi definición de amistad y hasta ahí llegó nuestro camino. Después de eso no pude tener una cercanía legítima con él y la amistad terminó. Sobra decir que en esos tiempos yo era muy reservado. Ni en sueños me imaginé platicar sobre mi orientación sexual abiertamente con nadie.

En una ocasión, en la universidad, antes de que saliera del clóset estaba teniendo uno de mis episodios de depre muy característicos en mí en esos tiempos. Afortunadamente mis amigos, ya cuando vieron mi potencial ya no me dejaron tenerme miedo ni lástima. En ésta ocasión en particular, mi amiga Sara me escribió una nota que aún vive escrita en mi corazón: decía que mis amigos me quieren, pero que en realidad no comprenden a qué le tengo tanto miedo y me preguntaba qué era. La nota, sencilla como era me sacudió y me hizo pensar en mis temores, fue cuando me di cuenta que en realidad era mi propia mentalidad la que me aislaba y me mantenía rodeado de oscuridad.

Con el tiempo y las experiencias vamos haciendo corazas, protecciones que nos separan del resto del mundo y repelen los ataques y las críticas. A veces esos muros se hacen tan altos que hasta perdemos contacto con aquello mismo que guardamos y hasta nos da miedo explorarlo.Demonios nocturnos

Pero, ¿qué es lo que tengo miedo que la gente vea de mí? Eso es fácil: mis demonios.

Son aquéllas voces que me atacan de noche cuando intento conciliar el sueño. Susurran mi nombre y me dicen que soy malo, que soy feo, que nunca voy a lograr nada en la vida y que mi existencia es una aberración. Se acercan cuando estoy solo y me invitan a jugar con ellos en la oscuridad. Me aterran. Hacen que la soledad se siente abismal y que el peso de mi corazón se convierta en una gran piedra dentro de mi pecho, no late, sólo se hunde lentamente.

Tengo miedo a que la gente vea eso en mí. Que los descubra y se espanten. De hecho, la muy poca gente que los ha visto y siguen en mi vida son las personas que más he amado. Demonios internos2De hecho son las personas que me han visto llorar. Mi abismo puede ser muy profundo y hay gente que siente que si se asoma que algo los va a estar viendo desde el fondo, ¡qué miedo!

Dentro de un exterior rudo, insensible, ruidoso, molesto y estúpido que expresa lo que piensa sin importarle lo que la gente piense hay una persona tímida y asustada, llena de inseguridades y prejuicios, corajes y deseos que nunca puede llegar a expresar. Por fuera quiero ser famoso e impresionar al mundo y por dentro sólo quiero ser anónimo y que me dejen en paz. Completamente contradictorio.

Incluso hay personas que me dicen que revelar esto de mí puede decepcionar a muchas personas, pero honestamente, el concepto de aparentar ser perfecto me aburre a muerte. Soy un ser humano igual que ustedes. El ser psicólogo, maestro, cantante, actor, pizzero o prostituto no me hace menos humano.

De hecho, la única manera de exorcizar mis demonios es escribiendo. Demonios internos4De alguna manera los comparto con ustedes. Espero que estén preparados para vivir la aventura.

Dicen que cuando un hueso se rompe, donde sana se convierte en la parte más fuerte. Lo malo es que siempre se queda una marca en la perfección del hueso y un dolor cuando hace frío que siempre te recuerda que un momento en la vida estuvo roto.

Entonces, hermanos, hermanas, ¿qué ocultan dentro de ustedes? Compartan… si se atreven.

Saludos afectuosos.

Mostro.

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