
claricelecter@hotmail.com
Todos somos seres sociales, por más que queremos decir que no lo somos y que balemos las canciones empoderadas de algunos cantantes dejadas o ardidas que nos recuerdan que no necesitamos a nadie en nuestra vida para que valga la pena, mientras las lágrimas corren por nuestras caras con su sabor amargo delatando que muy en el fondo nos duele profundamente el sentirnos rechazados, pero que de los dientes para afuera actuamos como leones o perros o el animal que esté de moda en ese momento.
Por lo mismo de nuestra naturaleza, nuestra necesidad de convivir con otros seres humanos es algo esencial para poder sobrevivir, nos acostumbramos a la idea de que estar con uno mismo es algo intolerable y horroroso, por lo tanto, estamos dispuestos a tolerar una gran lista de abusos con tal de poder decir que estamos con alguien. Sin importar qué tipo de relación sea: de pareja, familia, amigos, etc., aguantamos infinidad de cosas y nos tragamos nuestros sentimientos negativos porque luego hacemos sentir mal a los demás y eso nos hace malas personas (sobre todo si nos rodeamos de narcisistas manipuladores).
La cosa está en que nuestro valor no lo determina como te tratan otros, sino como lo calificas tú. Nadie nos puede decir qué tan valiosos somos porque nadie nos conoce como nosotros mismos. Claro, nos han enseñado desde siempre que debemos buscar la aprobación de los demás para ver si somos alguien que vale la pena conocer, pero ¿con qué instrumento nos están midiendo, con qué examen nos califican? Les aseguro que está calibrado con las limitantes de su mundo y su conocimiento, por lo tanto, no es el adecuado para decirnos algo válido, así que dejemos de darle ese poder a los demás.
Si alguien nos va a dejar, nos va a dejar, por más que le roguemos que no lo haga. Cuando alguien decide irse, no hay absolutamente ninguna forma de detenerle. Que se vaya. Si no está a gusto con uno, no tiene nada qué hacer a nuestro lado. Tengamos muy en cuenta que una persona que aún nos considera una fuente útil de dinero, de aumento de su propio ego o de placer nunca nos va a abandonar porque eso quiere decir que necesitaría empezar a buscar a su siguiente víctima y eso requiere mucho trabajo. Mistras le demos lo que quiere, le tendremos cerca, por más que amenace de largarse.
Si uno decide alejarse de quien le hace daño, al principio se puede sentir de maravilla, libre de esas personas que nos hacen sentir tan pequeños y tan inservibles, pero luego llega la soledad a estar molestando con sus mentiras y sus susurros venenosos, que nos dice al oído constantemente que no valemos nada, que somos personas feas y que nadie nos va a poner atención, por lo tanto, vamos a morir solos, en el olvido y hundidos en la amargura por no poder conectar de nuevo con otro ser humano. Es tramposa y mentirosa como esa vecina cretina que te roba las macetas y le echa agua a tus mascotas y luego lo niega cuando la confrontas, porque aparte de mala, es cobarde y mentirosa. Así exactamente es la soledad.
Es cuando nos ponemos a buscar las actividades para no sentirla. Algunos hacemos arte, otros van a buscar problemas, unos se pierden en los antros y en el alcohol mientras que otros buscan llenar ese vacío con una serie de encuentros sexuales vacíos que hacen que uno se sienta peor al amanecer. Pensamos que haciendo esto nos vamos a sentir menos solos, pero cuando la fiesta termina y vamos caminando hacia nuestra casa con la ropa toda sucia y con un dolor de cabeza, resulta que nuestro placer pasajero no valió la pena porque nuestro malestar es más grande, por lo tanto nos prometemos no volverlo a hacer… hasta el siguiente fin de semana, ese sí será el bueno…
Lo malo es que la soledad no nos deja, ya que es algo que se tiene qué enfrentar. Se tiene qué vivir con ella durante un tiempo para lograr que nos deje. Todo lo que hacemos la esconde temporalmente, pero la única forma de correrla por completo es experimentándola y dejando que las emociones fluyan como debe ser. Si no estamos dispuestos a enfrentarla y dejar que nos consuma temporalmente, lo hará de todas maneras, solo que será aún más doloroso, o simplemente nos meteremos en situaciones peligrosas que en realidad pueden acabar con nosotros.
Lo que la gente no parece entender, es que cuando estamos más solos, hundidos en ese lugar oscuro que reservamos para cuando estamos profundamente lastimados, es cuando nos topamos con nosotros mismos sin máscaras, sin pretensiones y sin influencias externas que nos hagan dudar de nosotros mismos. Es en ese momento cuando podemos ver lo valiosos que somos y el verdadero potencial que tenemos, porque es cuando realmente podemos brillar y encandilar al resto del mundo con nuestro poder. Es en ese lugar oscuro y desolado donde en realidad nos toparemos con todo lo que en realidad podemos hacer. Y como no hay nadie a quién impresionar ni de quién defendernos, es cuando nuestra verdadera esencia saldrá a relucir.
Así que vive tu soledad, platica con ella, cuéntale tu historia y escucha lo que te diga, siempre y cuando estés consciente de solo escuchar las cosas positivas y verás cómo se va después de un tiempo, llevándose ese dolor tan profundo y esa desesperación tan aplastante que siempre la acompaña. Y una vez que se haya retirado, no habrá fuerza en el mundo que te pueda quitar lo que aprendiste de ti.
¿Qué es lo peor que puede pasar, que descubras que eres un gran ser humano? Comparte… si te atreves…
Y ustedes, ¿qué opinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.