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Conocemos a las personas, escogemos a las que nos gusta para compartir nuestra vida. Conforme avanza la relación se conocen unos a otros y vamos decidiendo el nivel de profundidad con el que compartimos con cada uno: si son amigos de salida, compañeros de trabajo o si van a ser amigos con los que compartiremos los aspectos más personales de nuestra vida.
Cada nivel trae consigo diferentes expectativas. De los compañeros de trabajo solo se espera cierto profesionalismo. De los amigos de fiesta es fácil, cuando hay dinero para la pisteada, hay amigos, cuando se acaba, los amigos se van con el que tiene para seguir la fiesta. Es la ley del antro. De los amigos, curiosamente, se espera mucho, incluso iría tan lejos como decir que lo esperamos todo. Posiblemente es esa presión la que hace que éstos nos fallen al final de cuentas.
Creo firmemente que las personas son como las partes de un árbol, así los clasifica Tyler Perry:
1: Las hojas: Estas personas son muchas, pero cambian conforme van avanzando las estaciones del año. Si el viento sopla para en Este, las hojas vuelan en esa dirección, si sopla hacia el Oeste, las hojas se mueven hacia allá. Cuando llegan los tiempos áridos, se secan y se caen dejando al árbol a la intemperie.
2: Las ramas: Son las que dan la apariencia de ser sólidas y confiables, pero si no tienes cuidado y te paras en ellas, pueden quebrarse y dejarte caer bajo el menor peso. Se quiebran con la presión y cuando caes, no se sienten mal de haberte fallado, solo se excusan de que son una rama y te dicen que tú debiste calcular mejor tus pasos.
3: Las raíces: Son escasas pero muy profundas, son las que le dan la vida al árbol. Si se dañan éstas, la estabilidad completa del árbol y su vida están comprometidas. Son las personas que en otros artículos he denominado como “la segunda familia”. Son las personas que te protegen hasta de tu propia estupidez. Si tienes de éstas personas en tu vida, cuídalas mucho y sé parte de su raíz.
Ya que definimos a las personas por sus características, es importante considerar las expectativas de cada una de ellas. En lo personal, me interesan más las raíces, porque son las únicas que son importantes en mi vida. Tengo la fortuna de tener raíces poderosas y profundas que hacen mi vida maravillosas.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando una de éstas personas te falla? Últimamente he estado viendo muchos estados en Facebook que dicen que si la persona te falló es porque tú esperabas demasiado de ellas. Me tienen en un dilema existencial las grandes ramificaciones que implica ésta oración tan sencillo. Comprendo que como seres humanos cometemos errores, pero una cosa es que me lastimen sin tener la intención de hacerlo y otra que simplemente no les importe si lo hacen o no.
Entonces, ¿qué tanto se puede esperar de una persona que comparte mi vida? ¿Cuál es el límite aceptable? ¿Acaso debo dejar que me lastimen constantemente y nunca esperar nada de ellos? Quizá soy muy exigente con las personas significativas en mi vida, pero ellos me han enseñado que a la hora de los golpes fuertes siempre están conmigo. El momento que me tiro al piso a llorar y hacer berrinche, se regresan por mi y me levantan, ya sea convenciéndome con sus palabras o jalándome de las orejas para que reaccione. Eso para mí es un amigo de verdad.
En poca gente deposito mi confianza, afortunadamente ésas pocas personas han sido muy positivas en mi vida. Claro, me han lastimado y los he defraudado de una u otra manera, pero el perdón y la comunicación sientan una base tan concreta en éstas relaciones que podemos discutirlo, expresar nuestros puntos de vista diferentes, compartir lo que no nos gustó, llorar juntos y llegar a un acuerdo que solidifica más profundamente nuestra relación. Es lo que hace la diferencia con tus amigos, tu pareja y tu familia, siempre y cuando los dos estén dispuestos a dialogar. Si una parte re rehúsa, la comunicación se pierde y todo se va hacia abajo.
Así que si las personas constantemente te defraudan, abusan de tu confianza o simplemente no cumplen con tus expectativas, es posible que a las personas-hoja les estas dando el estatus de raíz. Si te casas con una hoja, al momento del cambio de temporadas verás cómo tu pareja se vea diferente.
Así que mucho cuidado dónde andamos depositando nuestra confianza, mis queridos hermanos y hermanas, no vaya a ser que salgamos lastimados…
Saludos afectuosos.
Mostro.