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Hay una característica que ne notado en los seres humanos a través de los años: la necesidad de revelarnos. Muchos lo tomamos como la forma en la que mostramos nuestra individualidad mientras otros sienten que así hacen que su voz y su inconformidad de escuche. En muchos casos es una buena forma de instigar el cambio, pero en otras, definitivamente es una buena forma de actuar como un patán…
Por ejemplo, en la empresa donde trabajo usamos la clásica charola para cargar nuestra comida, siempre con el entendimiento y la instrucción de que siempre llevemos la charola de vuelta a la cafetería, ya que las personas que hacen la limpieza no tienen esa tarea. Es algo simple, pero nada nos cuesta regresar la charola a donde pertenece, pero siempre hay alguien que la deja en el comedor, a la vista de todos. Lo han mencionado varias veces en las juntas, pero, claro, alguien tiene que demostrar que a ellos no los manda nadie y tiene que dejar su charola como muestra de su rebeldía hacia las reglas.
Otra es la gente que va por la calle y tira la basura en el piso, ¡qué asco!, como si no tuviera suficientes problemas la cuidad como para también tener que estar lidiando con tu basura. Es algo inconcebible que la gente no pueda pensar más allá de sus narices, que si la forma en que les importa la higiene de su comunidad, supongo que menos de sus propias fosas (hasta las puedo imaginar todas llenas de mocos secos porque ni para eso se quieren molestar, que otros los limpien, ellos no se quieren ensuciar sus manitas).
¿Esa es la forma en que muestras que existes y tu valor como persona, causando más caos y suciedad en un tiempo donde eso sobra? ¿En serio? Al parecer el tirar la basura en su lugar es una forma de conformarse con la sociedad limpio-normada que nos presiona para ser seres humanos limpios y ordenados. Hay que revelarse contra esas reglas que dicen que mi vaso de soda tiene que ir en un bote como todos los demás, tengo que ser diferente y demostrar mi alma rebelde y no conformista.
No seamos estúpidos, por amor a Gaga. Es patética la forma que mucha gente se manifiesta. Como el vecino idiota que tiene que compartir su música preferida con toda la cuadra, y si puede más, porque a todos nos gusta escuchar sus corridos de narcos con las vibraciones a todo lo que da o su reggaetón a todo volumen que describe todos los actos sexuales que le van a hacer a la mujer en cuestión, porque si no lo hace, el mundo se pierde de su presencia y de su existir. Y no falta que sea de esos que invade los estacionamientos ajenos con su carro porque a él le gusta estacionarlo de esa forma.
Como hoy que me subí al transporte, a la hora de estar buscando un lugar me tocó ver a una señora sentada con la bolsa acomodada en el asiento de al lado. Tuve que ir hasta la parte de atrás del camión porque al parecer la bolsa estaba muy cansada y necesitaba su propio lugar. Lo chistoso es que la señora se iba haciendo la dormida para que no le fueran a decir nada. Honestamente, me daban ganas de agarrar la bolsa y hacerla volar, pero era demasiado temprano y no había cafeína en mi sistema, y tampoco puede andar uno haciendo que las bolsas vuelen, ¿verdad?
Está bien, comprendo, a veces nos sentimos invisibles y queremos que el mundo sepa que estamos presentes, pero molestando a otras personas no es la mejor forma de hacerlo. Es una cosa que así te hayan educado, si tus padres te enseñaron que tú eres el centro del universo y que nosotros los insectos estamos ahí sólo para servirte, igual tú puedes elegir ser una buena persona. Lamento decirte que, a pesar de lo que dice mami, no eres la razón por la que sale el sol.
Hace unos días entré al baño de mi mercado de preferencia y en el mingitorio había envoltorios de botana abandonados en la parte superior. Lo que me pregunto es qué comentario social puede significar eso, ¿Qué somos puercos? ¿Qué el gobierno es injusto con nosotros, por lo tanto ensuciamos los mingitorios de un mercado al que ninguna persona “importante” va a visitar? No creo que el cambio social se dé de esa manera, pero como dice el maricón: ¡Ahí tú!
Dudo bastante que el cerebro de una persona que hace semejantes cosas tenga la capacidad de darle in significado profundo a sus acciones. Y si la tiene, lo siento por las personas que lo rodean. Ni me quiero imaginar los valores que le están inculcando a sus hijos, o peor: les enseñan lo contrario a lo que hacen. El clásico “Haz lo que digo, no lo que hago”. Triste, la verdad. No sé qué es peor, la simple acción de hacerle la vida más complicada a alguien con tus acciones o decirle a tus hijos que eso no se hace. La hipocresía es real y marcada en esos casos.
Igual, la ideología de “alguien más lo tiene qué hacer” es prevalente en nuestra sociedad. Honestamente creemos que haciendo un cochinero en el piso le estamos dando trabajo a la gente que limpia, por lo tanto deberían estar agradecidos. Creo que el personal de mantenimiento ya tiene suficiente trabajo con la limpieza normal de un área sin nuestra ayuda. Es más posible que le zumben las orejas por las mentadas que nos mandan a que sonrían y digan gracias por hacer más complicado su trabajo.
Si nos vamos con la idea de que solo es un papelito, pensemos que en mi ciudad son como tres millones de personas, si cada uno pensara lo mismo serían tres millones de papeles en el piso, y eso si solamente tiran uno por día, que lo dudo. Bajo la misma premisa, si cada uno de nosotros levantamos una basura al día, serían como tres millones de papeles menos en la calle. Se me hace mucha casualidad que haya personas que hacen conferencias gigantescas sobre la basura, pero dudo bastante que se dignen a agacharse a levantar algo del piso, ¿dónde está la congruencia?
Si necesitamos rebelarnos y hacer un cambio social, hay qué hacerlo. Cambiemos el mundo al que nosotros deseamos habitar, pero el cambio es de adentro hacia afuera. Eso de los dientes para afuera no sirve para nada.
Hagamos lo que decimos hacer y dejemos de presumir falsedades. Enseñemos con el ejemplo.
Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué ooinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.
La tarea más deficil del ser humano es querer REEDUCAR a un adulto, es como querer sacar agua del MAR para que se seque, nunca se logrará , lo mejor es vivir con nuestras propias reglas y enseñanzas y tratar de ser feliz .
Para que una persona aprenda algo nuevo, es necesario querer aprenderlo. Nunca podemos forzar a otros a pensar como nosotross. Afortunadamente, todos tenemos la capacidad para el cambio, siempre y cuando lo deseemos.
Abrazos.
Mostro.