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La capacidad de la gente para ponerse en los zapatos de otras personas es algo que me impresiona enormemente. Podemos ver el mundo a través de otras perspectivas para poder imaginar lo que los demás han de estar sintiendo y a veces, comprendemos perfectamente lo que pasa por sus corazones. Esa empatía nos hace más humanos y nos ayuda a conectarnos a nivel emocional con otros seres humanos, es algo hermoso, poderoso y puede ser muy útil para hacernos querer ayudar a otros.
Sin embargo, hay algo que sucede con cada vez más alarmante frecuencia: nos estamos desconectando emocionalmente unos de otros. Estamos creando una distancia enorme entre unas mentes y otras. Estamos mostrando cada vez más indiferencia hacia las situaciones de otros, cosa que nos está convirtiendo en seres fríos y faltos de compasión a la hora de ver a otros seres humanos en situaciones difíciles. Está bien, no podemos andar por la vida con el corazón sangrando por cada cosa que sucede, eso nos volvería locos, sin embargo, el estar completamente alejado de la compasión y la empatía, eso mismo que nos hace mejores seres humanos puede ser algo peligroso.
Lo más preocupante es a lo que yo le llamo la “empatía selectiva”, o sea que mientras no me afecte a mí, no me importa. Vemos, por ejemplo, la ola de creciente violencia a nuestro alrededor es algo tan común que casi se ha hecho invisible, se ha convertido en parte de nuestra existencia; incluso es hasta cierto punto normal escuchar que mataron a alguien en la calle sin inmutarnos, ni siquiera para detenernos a pensar que es un ser humano que perdió la vida, siempre y cuando dicho ser humano no sea alguien que amamos, porque entonces se acaba el mundo, la vida es injusta y una larga lista de etcéteras existenciales. Tiene sentido que te duela personalmente porque es alguien especial, pero un ser humano asesinado vale lo mismo que otro, ¿o acaso no merece el mismo respeto?
Un ejemplo que siempre me ha llamado la atención es el de esas personas que matan a otros sin tener cargos de conciencia alguna sobre el dolor que están causando. Al parecer para ellos, la gente que desaparecen y matan no son importantes, pero cuando les matan a alguien de sus familias o amigos, entonces pegan de gritos, ¿qué no es lo mismo? Están sintiendo el mismo dolor que ellos han causado, pero como ya les toca a ellos ser los afectados, ahora sí se enojan. No le encuentro sentido, para ser honesto.
He visto casos donde la gente comenta de una chica desaparecida, culpándola de lo que trae puesto, lo que hacía sola en la calle, las parejas que tenía entre otras muchas cosas que insinúan que por algo les pasan cosas, pero cuando les toca algo parecido a sus hijas, gritan demandando justicia. El problema es que por el otro lado hay otra gente comentando las razones por las que les pasó lo que les pasó a ellas y eso ya no les gusta. En serio, seamos congruentes con lo que decimos. A veces dejamos que nuestra ignorancia y nuestros prejuicios tomen el volante y decimos tonterías sin sentido ni fundamente. La verdad es que no sabemos nada y que no deberíamos estar viviendo esa violencia tan horrenda que nos está consumiendo como sociedad.
Cuando nos empezamos a preocupar por un problema ya después de que nos tocó a nosotros es como tapar el pozo cuando el niño ya se ahogó. Está bien, previene que otros sufran el mismo destino, pero al final de cuentas, nuestro el niño ya se ahogó y no lo podemos cambiar. Como dicen: mejor prevenir que amamantar.
I algo causa problemas en nuestra sociedad es la indiferencia. Que no te importe nada te hace un ser humano aislado, amargado e indiferente. Lo peor es que muchos de los que somos así de distanciados, el momento que nos pasa algo, estamos esperando que los demás respondan al momento. Incluso el otro día estaba viendo un experimento donde secuestraban a una niña frente a la gente y la gente ni siquiera reaccionaba, solo seguían caminando. Sí, el miedo a meterte en problemas es horrible y puede ser paralizador, pero si se roban a una persona frente a mí, sin yo hacer absolutamente nada y luego aparece muerta, no creo que podría vivir conmigo mismo, no sé ustedes. No somos Batman, pero si entre nosotros no nos ayudamos, estamos completamente perdidos.
No dejemos que la oscuridad penetre tan profundo en nuestras almas que dejamos que el mundo lo consuma por completo. Cada acción positiva tiene un gran efecto en prevenir nuestra completa perdición. Yo sueño con un mundo donde pueda caminar por la calle sin el constante miedo a ser asaltado o testigo de algún movimiento criminal. No esperemos a que la podredumbre llegue a nuestras puertas para ser mejores personas. Quisiera vagar por mi amada Tijuana sin escuchar de cadáveres tirados en la calle o colgados en los puentes. Sueño con un mundo donde unos nos ayudamos a otros sin envidias y sin estar viendo cómo nos jodemos al otro. Sueño mucho, pero al menos sueño…
que estudiar, no tenemos que casarnos, no tenemos que desear tener hijos, todo eso es opcional y nadie tiene derecho a decirte lo contrario.
“El peor enemigo del ser humano no es el odio, es la indiferencia…” Mostro Vacci.
Y ustedes, hermanos, hermanas, ¿qué tan indiferentes son? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.
Mostro, me gustó mucho esta nota, desafortunadamente creo que es nuestra naturaleza lo que nos hace ser empáticos selectivos es por eso por lo que INTENCIONALMENTE debemos cambiar el chip mental y poder ser abierto a los demás y generar empatía. Un abrazo grande.
Definitivamente, Jorge. Es importante que tengamos conciente esa parte para poder modificarla. No podemos cambiar el mundo en un momento, pero podemos poner nuestro granito de arena para contribuir al cambio. Eso es lo que hace posible cualquier cosa cuando unimos nuestras fuerzas. Un abrazote.
Mostro.