
claricelecter@hotmail.com
Hoy decidí ser libre. He estado pensando en el pasado últimamente y en el efecto que éste causa en mi vida, en la forma en que colorea mi percepción de las cosas, en cómo moldea mi futuro. He estado considerando cómo el presente puede ser afectado, y en cuánto dejo que se afecte por las historias que han quedado atrás.
Mi pasado es oscuro, interesante, doloroso, definitivamente no es aburrido, siempre tengo una historia qué contar, aunque generalmente no las comparto porque la gente tiende a deprimirse cuando lo hago. No están preparados para que una persona tan melolenga como yo cuente cosas tan profundas.
Pero esa es la palabra clave: pasado, lo que sucedió, bueno o malo ya no está conmigo, es increíble las cosas que he cargado durante años por el simple hecho de querer cargarlas. No si es costumbre o terquedad, estupidez o simple ceguera selectiva la que me hace guardar cosas, sobre todo negativas en mi corazón. Comprendo ahora que lo hago consciente que las guardaba bajo la máscara de aprendizaje, pero en realidad eran rencores que envenenaban mi alma. El aprender no es lo mismo que guardar rencores. El aprendizaje te ayuda a avanzar, los rencores te anclan.
Entonces, empecé a hacer inventario de las cosas que me están lastimando, mis miedos, mis inseguridades y los corajes que tengo y ya que los tengo en la parte alerta de mi mente, empecé a trabajar en ellos. Ya es hora de soltar las cosas que no valen la pena. Hora de sanar.
Ayer decidí enfrentar uno de los demonios más grandes que tengo: la carta de mi hermana. Aquéllos de ustedes que me han leído ya saben de qué hablo, los que no, la publicaré de nuevo pronto para que tengan acceso a ese escrito. Ayer, en camino al trabajo llegó esa experiencia a mi mente y me puse a reflexionar en ello. Recordé el gran dolor que me causó y los años que han pasado sin que yo quisiera dejarlo pasar. Ayer decidí ser libre. Ya basta con rencores estúpidos y enojos que ni al caso, ya que la mitad de la gente que odias no sabe que la odias y a la otra mitad no le importa. Yo no odiaba a mi hermana por esa carta, pero sí estaba en el lado equivocado de mis libros de contabilidad, y el saldo era alto.
Sin embargo, ayer algo cambió en mi corazón, sentí una paz que tenía rato que no encontraba, una sensación fresca y renovadora que quise conservar. Supe al instante que para poder lograrlo tenía que perdonar esa acción de mi hermana, y otras cuantas que tenía pendientes. Mi corazón pedía libertad y mi mente clamaba por paz y positivismo. Así que perdoné, lo hice de corazón y liberé un demonio más de mi mundo. Al diablo con el pasado, es tiempo de vivir mi presente y avanzar hacia el futuro, ¡Escojo la vida!
Mi corazón ya no tiene tiempo para corajes, remordimientos, vergüenza o resentimientos. Mi alma necesita paz y amor. Y para que eso entre en él no puede haber negatividad en él. Así que al universo le declaro que estoy abierto a nuevos horizontes y que nunca más lo que ya no es marcará mi vida. Elijo aprender y no atorarme con cosas que no puedo cambiar, cosas que me lastimaron en su momento pero que hoy me han hecho más sabio, más fuerte y sobre todo, me han movido a querer ayudar a otros a superar sus dolores.
Me rehúso a vivir en mi propio mundo oscuro, al contrario, dejo que la luz entre y me muestre la gran creatividad y potencial que tengo. Hay tanta arte y belleza dentro de mi que algunas personas se pueden intimidar, pero lo que la gente piense de mí no es asunto mío. A partir de hoy soy libre, soy Mostro y soy feliz.
Y ustedes, hermanos, hermanas, ¿qué opinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.
Todo sonrisas, sé lo que hace falta para
engañar a esta ciudad.
Lo haré hasta que se ponga el sol, y durante toda la noche.
Sí, te diré lo que quieres oír.
Me dejaré los lentes de sol puestos
mientras derramo una lágrima.
Nunca es el momento adecuado.
Me pongo mi armadura, y te demuestro lo fuerte que soy.
Me pongo mi armadura, te demostraré que soy…
Soy imparable,
Soy un Porsche sin frenos.
Soy invencible,
sí, gano a cualquier juego.
Soy tan poderoso,
no necesito pilas para jugar.
Estoy tan seguro de mí mismo, hoy soy imparable.
Me derrumbo, únicamente a solas lloraré.
Nunca verás lo que se esconde,
se esconde bien dentro.
Lo sé, he oído que dejar que se muestren tus sentimientos,
es la única manera de hacer crecer las amistades.
Pero ahora tengo demasiado miedo.
Soy imparable…
“Sia – Unstoppable”