Gracias por todo…

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci

Ayer en Tijuana fue la “marcha por la familia” o como quiera que se llame esa cosa. Naturalmente todas las personas que me conocen me dieron su opinión personal sobre el asunto como si yo se las hubiera pedido. Parece que por ser gay necesito tomar una postura definitiva para que se me pueda catalogar dentro de los estándares que la sociedad requiere. Honestamente, me he guardado mis opiniones por respeto, pero no hacia todos aquellos que me atacan de manera cotidiana, sino respeto a mí y mi salud mental.  

Constantemente debo defender mis posturas y darle explicaciones a las personas de lo que soy y lo que no soy. Es cansado y honestamente ya estoy harto. Toda la vida estoy contestando las mismas preguntas, sobre todo mi favorita: ¿Quién es el hombre y quién es la mujer? Es como si yo fuera preguntando cosas íntimas sobre sus relaciones personales. Estoy seguro que muchos se ofenderían. Así que hoy quise aprovechar éste espacio para enviar unos cuántos agradecimientos.

Gracias señor heterosexual por buscar conductas homosexuales en mí y restregármelas en mi cara. Por creer que por más feo y asqueroso que estés, me gustas y quiero tener sexo contigo sin importar que no seas atractivo ni higiénico en muchas ocasiones. Gracias por decirme cosas como maricón, puto, jotito, aberración ya que eso ayuda a mi autoestima a crecer y ser sana.

Gracias señora madre de familia, religiosa e insatisfecha sexual por no tender a tu propia vida y estar constantemente en la mía. Por llevar una bitácora de mis aventuras sexuales y de mis comportamientos inmorales, sé que caminar por la calle es algo que causa demasiada controversia a pesar de que no voy haciendo nada más que caminar con mi pantalón de mezclilla (no ajustado) y una polo cómoda, tenis y mis lentes oscuros (toda una nena al parecer). Gracias por recordarme que soy una mala influencia para sus hijos, ya que teniéndome cerca pueden respirar los vapores homosexuales que expido y hacerse gays. Agradezco que me recuerde usted que no puedo casarme ni tener familia porque es antinatural y que todo eso lo dice mientras sus hijos están con una capa protectora de mugre que sólo la cortan los mocos chorreantes de sus malcriados hijos que sólo se dedican a romper las cosas de los vecinos.

Gracias padres de familia que se dedican a defender a la “familia natural” mientras se acuestan con personas con las que no están casados y niegan a sus creaciones “naturales” mientras las abandonan. Las calles se embellecen con cada niño muerto de hambre que ustedes depositan ahí.

Gracias a esas personas creyentes que me recuerdan constantemente que Dios me odia y me aborrece por ser quien soy, por sentir lo que siento y por no tener absolutamente ningún control sobre ello más que hacer una familia falsa, tener un montón de hijos que no deseo y luego echarme a todas las mujeres que pueda  a la cama para comprobar mi hombría. Gracias por recordarme que Dios no sabe ni le importa lo que hay en mi corazón y que sólo se fija en mis acciones ante la sociedad. Gracias por aclararme ese punto.

Gracias por insultarme en la calle y recordarme el asco que provoco. No es suficiente que me rechace mi familia y mis amigos una vez que saben que soy homosexual. No. Es necesario tener su rechazo también para mostrarme que soy una persona que vale menos.

Gracias por comprobar mi creencia de que no importa lo que es, sino lo que aparenta ser. Gracias hombres casados que me hacen señas obscenas en la calle que muestran las ganas que tienen de tener sexo conmigo mientras le agarran la mano a sus esposas. Gracias por verle lascivamente las nalgas a mi novio mientras caminan por la calle con sus hijos en la mano.

Gracias a aquéllos que me dicen que me apoyan pero que no quisieran verme haciendo cosas en la calle. Es tan difícil evitar desnudarme en la calle y tener sexo con todos los que pasan que a veces no puedo respirar. Vivo para ofrecer mi cuerpo a todo hombre y para llamar su atención. Vivo para pervertir a los niños y reclutarlos a mi secta homotánica. Vivo para sacrificar animales y hacerlos caldo gay. Vivo para destronar a Dios y poner a Lady Gaga en su trono.

Es liberador saber que el hecho de que me atraen los hombres hace que todo lo bueno que hago en la vida, todo vestigio de productividad que traigo a la sociedad y toda buena obra que realizo queda anulada por mi sexualidad. Es emocionante ir a una entrevista de trabajo y que te pregunten si puedes actuar más heterosexual porque la gente te va a ver y no se va a sentir cómoda tratando contigo. Me sube los ánimos escuchar que “paso por hetero”, es lo que todo joto quisiera escuchar.

Gracias por enseñarme a vivir con miedo. Por ir por las calles esperando ser atacado, golpeado, violado y asesinado sólo por ser quien soy. Gracias por quitarme mi historia personal y reducirme a una palabra: “joto”. Gracias por negarme mis derechos y hacer que mi pareja no pueda visitarme en el hospital porque no es pariente directo y por darle a mi familia el poder de negarle acceso a verme.

Gracias sacerdotes por hablar de lo aberrante que soy mientras penetran a un niño por el ano con toda impunidad. Eso es lo que más agradezco, esa congruencia. Estoy seguro que Dios está orgulloso de ustedes, sobre todo los que mientras lo hacen se escudan con “no soy perfecto”. Eso lo explica todo y lo hace mejor. Gracias.

Sé que me desvío de mi forma normal de escribir, hermanos, hermanas, pero todo éste revuelo me tiene preocupado y por primera vez en mi vida adulta siento miedo, ¿y ustedes qué piensan? Compartan… si se atreven.

Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta