El poder de ayudar a las personas

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#MostroVacci

Tengo una amiga que es una persona muy interesante. Karmen Martinez. Es dulce, amigable como nadie que conozco, carismática y protectora. No es el tipo de personas con las que te topas diario. En la superficie parece la persona más normal del mundo, pero esconde un gran corazón. Algo tan fuera de lo común en éstos tiempos modernos que no deja de impresionarme.

Resulta que cada vez que ve a una persona necesitada, sobre todo en la calle, siente un gran impulso por ayudarles. Se les acerca, les pregunta si tienen hambre, les compra comida, agua y otras cosas que pueden necesitar y se los da. Se queda con ellos cuando tiene un poco de tiempo y escucha su historia. Muchas veces, cuando sabe que los va a volver a ver, trae de su casa ropa, zapatos y hasta compra cobijas para protegerlos del frío.

Cuando la conocí, se me hizo interesante saber que hacía eso. Me he topado con mucha gente que dice que hace grandes obras, pero después descubro que en realidad no lo hacen, que sólo lo dicen, pero sus acciones son otras, o que simplemente es una exhibición falsa de su generosidad, una pantalla para que la gente vea lo buena que es cuando dentro de su corazón no existe caridad alguna.

En el caso de mi amiga, he visto cómo su corazón se ablanda al ver a alguien con hambre. Ya sea por programación o por que su alma lo requiere, ella busca ayudar a las personas, incluso he sabido que hasta ha buscado un lugar Please Banerghatta National Parkpara que duerman y se aseen cuando la mayoría de las personas tendemos a mantenernos alejados de la gente que está en la calle por su aspecto o aroma. Es algo que considero la muestra de un gran corazón y un gran ser humano.

Lo que más me agrada de todo lo que hace es que a las personas no las ve con lástima. Las ve como seres humanos. Eso es algo que la mayoría de las personas no poseemos: esa humildad. No le dice a la gente con sus acciones que ella es mejor, les muestra que todos somos iguales y que a veces unos necesitamos ayuda de los otros, y sobre todo, que no tiene nada de malo ser quien te da la mano cuando es necesario.

Tengo más de un año escuchando sus historias. Tantos seres humanos validados por un vaso de avena, unos zapatos que cubren unos pies descalzos o una cobija para protegerte de las mañanas heladas y neblinosas de Tijuana es algo para impresionar hasta el corazón más duro. Ayuda3Lo hace en privado y no lo comenta con cualquiera. Lo hace conmigo porque me tiene confianza y sabe que me encanta saber los detalles de sus acciones. Creo que como psicólogo, ella me ve como alguien que sabe apreciar a la humanidad sin importar su apariencia.

Incluso, hace unos días estaba comprando un café afuera de la empresa donde trabajo y se me acercó un hombre. Me pidió un vaso de avena en vez del cásico peso para comer. Me regresé al puesto y le compré lo que me pidió sin dudarlo, recordando lo que hace ella con la gente. El señor me lo agradeció efusivamente y me echó muchas bendiciones. El resto de mi jornada de trabajo fue alegre y relajada porque no podía dejar de pensar que en ese rato había una persona menos en el mundo con hambre. Era una sensación agradable.

Nunca había hecho algo parecido y honestamente, la sensación de alegría y satisfacción que obtuve fue tan grande que no dudaré en hacerlo en un futuro. Lo que más me agradó es que cuando le conté a mi amiga, la sonrisa que me dirigió no tiene comparación. Lo más impresionante es que en lugar de decirme lo orgullosa que estaba de mí, simplemente me preguntó: ¿apoco no es la mejor sensación del mundo?

Definitivamente al empatía y humanidad de ésta persona no deja de impresionarme. Éste tiempo que he compartido con ella ha sido una lección de humildad increíble y estaré en deuda con ella por lo mismo. Considerando que en mi mundo normalmente se nos enseña a cuidarse a uno mismo y a ser totalmente desconfiado de la gente, toparse con alguien que no duda en ayudar a otros es refrescante y me inspira a buscar esa sensación de felicidad más seguido.

Como psicólogo, me ha tocado ayudar a muchas personas, no voy a rechazar una petición de ayuda sólo porque no tiene para pagarme la consulta. Sin embargo, es diferente cuando puedes darle la mano a una persona con hambre, alguien que tiene frío. Ayuda4Considerando lo afortunado que soy de tener tres trabajos, una educación formal y muchas riquezas que no necesariamente son materiales en mi vida, no debería dudar tanto en ayudar a otros.

Entonces, hermanos, hermanas, si quieren un gran sentimiento de satisfacción, intenten ayudar a alguien. Quizá no se hagan famosos, pero tendrán una buena obra en su récord, aunque sea para su propio beneficio privado. Nunca ganarán el premio Nobel de la caridad, pero su valor como personas se irá hacia lo más alto del universo.

Gracias, Karmen, por las lecciones y por mostrarme el mundo a través de tus bellos ojos.

¿Algunas vez han hecho algo similar? Compartan… si se atreven.

Saludos afectuosos.

Mostro.

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