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“Sin arte la vida sería un error” dice Frederick Nietzsche. Estoy completamente de acuerdo. Estoy a favor cien por ciento de la expresión de las personas para poder expresar lo que sentimos por dentro. Cada quien carga con sus propios demonios personales y hay que encontrar alguna manera de exorcizarlos para poder vivir tranquilamente. Es lo que más me gusta de la raza humana, que cada uno de nosotros tiene su forma muy personal de sacer lo que tiene adentro, es lo que nos hace tan variados y únicos y los resultados pueden ser extraordinarios y hermosos.
El problema se presenta cuando nuestro arte, en vez de ser productivo es destructivo. Cuando se trata de dañar lo que no nos pertenece con tal de expresarnos, estamos entrando en el territorio de vandalismo.
El otro día estaba caminando por un parque, muy hermosa la vista, pero no pude evitar notar en cada uno de los escalones que pisaba que cuando echaron el cemento, una persona decidió agarrar un palo y escribir algo en ellos, su tag, por decirlo así. Lo único que lograba hacer es que los escalones se miraran feos. Honestamente no logro entender cuál es la necesidad que esta persona sintió de rayar cada uno de los escalones. Lo más triste de todo es que se miraban los rayones de varias personas, no sólo una.
Me encantaría pensar que sólo se trataba de un chamaco menso que se le ocurrió o que es un caso aislado, lamentablemente, he visto ejemplos como esos en numerosas ocasiones. Al parecer, el cemento fresco es una invitación abierta para que cualquier persona escriba su nombre o profese su amor por la persona en cuestión, de esta manera queda marcado en piedra para siempre, ¿apoco es la mejor manera que encuentran para dejar su marca en el mundo, no habrá formas más productivas de hacerlo?
Es como cuando rayan las paredes, han de jurar que se ve bello su apodo adornando las paredes. Deberían dejar su nombre con todo y apellidos para poder saber quiénes son en realidad. Pero no, ponen su nombre artístico y lo hacen a escondidas porque saben que están haciendo algo malo. No se ven bien las colonias llenas de placazos. Se ven sucias y maltratadas. De por sí, en muchas partes la gente tiende a tirar la basura en la calle, ¿aparte de todo tenemos que ver la pared toda sucia? Es el colmo.
Y ni se diga de esos que aparte de rayar las paredes ajenas, destruyen los murales que otras personas se han esforzado tanto en hacer, ¿en serio? ¿qué los hace sentirse tan especiales que crees que está bien rayar la pintura de otro artista, esperan respeto por su arte pero no dudan ni un segundo en faltarle al respeto a otros artistas. Si hablamos de expresión, están negando el derecho a expresarse a otra persona, y sobre todo, están mostrando un desdén por la obra de otras personas. Es un claro signo de arrogancia el creer que tiene uno derecho en dañar el trabajo de otra persona.
Quizá el problema en general es la crianza que tenemos, he notado últimamente que a los chicos más jóvenes les han enseñado que son realeza y que todo lo merecen, pero no creo porque he visto este fenómeno desde mi juventud. Se me hace chistoso que cuando se presenta la oportunidad de mejorar el mundo, la gente prefiere hacerse de la vista gorda, pero cuando se trata de joder, robar o destruir, la gente brinca a la oportunidad. Cuando es momento de pasar una noticia importante, las personas nos hacemos las indiferentes, pero a la hora de pasar el chisme de quién se acuesta con quién, casi corremos a ver a quién le contamos.
Digo, no tengo anda en contra de las personas que hacen murales hermosos, ni siquiera contra los que escriben letras, pero igual, pueden decorar su propia casa con su arte, les aseguro que como toda obra de arte, algunos pensarán que es hermosa y otros tantos pensarán que es lo más horrible que han visto, pero en las palabras de Dolores O’Riordan “En el arte no importa lo que lo inspiró, sino lo que inspire”. Creo firmemente que todo tipo de arte merece respeto, tanto la propia como la ajena, pero no por eso voy a dañar la de otra persona. Es como si yo agarrara la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz y usara sus originales para trazar mis propios versos sobre ellos. Es la más alta falta de respeto para un artista, ¿qué quiero demostrar, mi superioridad? Lo único que muestro es mi completa inseguridad ante semejante obra de arte.
Entonces, queridos y fieles lectores, si creemos que somos más, mejores y superiores a otras personas, lo único que estamos haciendo es mostrar lo bajo que tenemos nuestro propio concepto. Estamos demostrando las actitudes que dentro de la misma comunidad son tan tristes: hacer menos a nuestros hermanos y hermanas por el simple hecho de ser diferentes a como nosotros somos y pensamos, y eso, lamento decirles que es una tristeza. Todos queremos ser como somos y sentirnos libres, todos queremos que nuestro arte y forma de expresarnos sea apreciada por su belleza y personalidad, no que llegue otra persona y la manche o la tache como inferior.
Entonces, tengamos un poco de respeto, gente, seamos los más educados y dejemos que otras personas se expresen libremente, recordemos que el hecho de ser tolerantes no quiere decir que estamos de acuerdo, simplemente que dejamos vivir a otras personas, quizá si cada uno de nosotros vamos tomando esa iniciativa, el mundo poco a poco va cambiando. Es un sueño ambicioso, pero igual es muy mío.
Y ustedes, hermanos, hermanas, ¿qué piensan? Compartan… si se atreven.
Saludos afectuosos.
Mostro.