Diálogo conmigo mismo…

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#MostroVacci


Cuando reflexionamos sobre el tiempo en el que vivimos, no nos cuesta trabajo ver hacia otros tiempos y sentir una ligera punzada de nostalgia. En inglés hay una expresión apropiada: el pasto siempre parece más verde del otro lado. Esto significa que todo parece mejor en otros tiempos o lugares, o sea, que en realidad no apreciamos lo que tenemos en el presente.

Hoy, a mis 32 años es fácil ver fotos de otros tiempos y ver lo que tuve, o al menos, lo que parecía tener en esos momentos. Lo que las fotos no muestran es cómo me sentía, lo que pasaba por mi mente ni la soledad que experimentaba en esos momentos. Solo se ven las sonrisas en las fotografías, inmortalizadas por la cámara para poder mentir por siempre de los mejores tiempos.

Hace unos días escuché una pregunta en la radio que me hizo pensar mucho, cosa que no sucede muy seguido (que algo en la radio me haga reflexionar, no que piense en sí): Si pudieras viajar en el tiempo y hablar contigo mismo siendo muy joven, ¿qué te dirías a ti mismo? La única regla es que tu mensaje sólo pueden ser dos palabras.

La idea repercutió hasta lo más profundo de mi ser. Tuve que repasar cada capítulo de mi vida y preguntarme qué sería diferente si pudiera hacerme llegar ese mensaje. Quizá todo sería diferente, posiblemente mi vida estaría definida de forma diferente. Todo sería claro y sencillo. Las preguntas estarían contestadas y mi felicidad sería garantizada, quizá…

¡Claro! El pasto… Definitivamente me gustaría poder resolver mi vida con esas cuestiones a mi favor. La verdad es que no tengo idea de cómo sería todo en éste momento si pudiera darme el mensaje que pasó por mi mente al hacer la reflexión.

Mis palabras para mi Mostro de 13 años serían: No tengas miedo (no fear). Ese mensaje me indicaría que no debo vivir con miedo de lo que soy, que debo vivir sin preocuparme de lo que la gente diga de mí, que debo aceptar que mi familia no va a aceptar quien soy, que la regla con la que me van a medir es la de mi homosexualidad, ya que eso representa completamente quien soy para muchas personas. Implica simplemente ser yo sin inseguridades ni tapujos. Significa amarme como soy sin temerle a la sociedad. Representa amar a las personas que me aman sin miedo a que me abandonen. Indica respirar libremente, volar sin tener anclas que impidan que sueñe. Incluso incluye llorar abiertamente como lo hago en éste momento sin preocuparme de ser juzgado…

Me han dicho que vierto mi alma en éstos escritos, en realidad lo hago y sin miedo. Quizá mis experiencias le ayuden a uno de mis hermanos que se encuentra confundido e inseguro. Lamentablemente yo no tuve quién me guiara cuando el camino parecía tan oscuro, lo tuve que recorrer solo. Afortunadamente eso me hizo más fuerte, aunque los vestigios del pasado tienden a volver a asomar su cabeza de vez en cuando, lo bueno es que hoy tengo las herramientas para enfrentarlo.

Lo que más me hace pensar no es lo que le diría a ese niño asustado y solo de trece años, lo que me pregunto es si me escucharía a mí mismo. No creo. En ese tiempo estaba tan encerrado en mi mundo que cualquier consejo hubiera sido ignorado. Cómo me gustaría ver a ese pequeño y abrazarlo, decirle que al final de cuentas todo va a estar bien, que el amor existe y que los amigos que tanto quería no eran ficción y que tarde o temprano llegarían y me darían los miles de abrazos que tanto necesitaba. Le mostraría que hay mucha belleza en el mundo, que hay mucho potencial y que hasta el escribir es una forma maravillosa de atacar los demonios.

Lamentablemente sólo tengo dos palabras que decirme. No cambian. Se repiten una y otra vez en mi cabeza porque es lo que ahorita a mis 32 años hago, asesinar mis miedos y vivir abiertamente. Tampoco puedo regresar el tiempo y verme, creo que sería una experiencia enloquecedora. A final de cuentas el pasado es el pasado y el pasto lo riego y lo nutro para que sea verde en mi propio patio.

Le hice la pregunta a una persona muy especial para mí y su respuesta me impresionó. Me dijo que se hubiera aconsejado no intentar suicidarse a esa edad. No puedo ni imaginarme la desesperación que sentía en ese momento. Ni siquiera fue la idea la que pasó por su mente, lo intentó.

Imaginar las posibles repercusiones de dos simples palabras en la vida de una persona es algo que puede quitarle el sueño a más de uno. Quizá si no somos cuidadosos, lo que decimos en el presente puede afectar un futuro no muy lejano para una persona. Me ha tocado verlo como educador en más de una ocasión.

Entonces, hay que preguntarse si en realidad queremos regresar el tiempo y hablar con nosotros mismos, considerando el hecho de que nuestros presentes serían completamente diferentes. Quizá sería una mejor vida. En mi caso, no lo creo. Mi presente es fabuloso y no cambiaría nada. He vivido cosas muy buenas y muy malas pero cuando estoy solo conmigo mismo, me siento bastante bien. Así que todo valió la pena.

Ahora sí, hermanos y hermanas. Viene la pregunta del millón: Si ustedes pudieran viajar en el tiempo y hablar con ustedes a los 13 años, ¿qué le dirían? Solo tienen dos palabras.

Compartan… si se atreven…

Saludos afectuosos.

Mostro.

Yo te recordaré, ¿me recordarás tú?
No dejes que la vida te pase de largo,
No llores por los recuerdos…

Sarah Mclachlan. “I will remember you”.

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