Cuando te saludan con una crítica…

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci


No creo que haya nada que me fastidie tanto como encontrarme con una persona que no he visto en algún tiempo, acercarme a saludarla y que me reciba con un comentario como “estás más gordito, ¿no crees? Deberías cuidar lo que comes”. En ese momento, de manera automática se convirtió en un momento incómodo, molesto en vez de ser un encuentro agradable, solo me hace arrepentirme de haberme acercado a saludar.

Curiosamente, ese tipo de gente es muy buena para criticar, pero a la hora de recibir el mismo trato, se ofenden muy fácilmente. Lo he comprobado, porque cuando les regreso un comentario ofensivo hacia su persona, me han dicho grosero, insolente, atrevido y hasta le han comentado a mi madre lo que hice. Al parecer yo no tengo el nivel adecuado para contar con los mismos derechos de opinar que ellos. Curioso, muy curioso.

Siempre he descrito a esos individuos como la señora enfadosa que siempre evitamos en las fiestas. La clásica tía que todo critica y nada le parece. La que es perfecta y nadie le llega y no tiene reservas en decirte lo que haces mal. Pero eso sí, cuando le dicen algo de su vida o su apariencia se enfurece y se hace la ofendida y hasta te llega a gritar que eso es algo que no te importa. Y si aparte le agregamos que sea una fanática religiosa, tenemos el combo completo. Es el tipo de gente que miras en cualquier parte y le sacas la vuelta porque sabes que algo tiene qué decir sobre tu peso, tu maquillaje, tu ropa, tu pareja o el camino en el que se dirige tu vida. Y para cerrar con broche de oro, es muy frecuente que su vida y sus hijos sean un desastre.

Y lo mejor de todo, cuando confrontas a este tipo de gente, terminan diciendo que tienen las mejores de las intenciones. Claro, la santa inquisición también tuvo las mejores intenciones y miren el caos que crearon. Es esa persona que cuando te ve pasado de peso te dice que das asco y que solo le interesa tu salud, aunque no es cierto, lo que le interesa es hacerte menos para sentirse más valioso. A quien debe interesarle mi salud es a mí, porque no les afecta a otros. Si mis lonjas no les gustan, pues no las vean.

Es la clásica que hace comentarios pasivos agresivos con tal de hacerse notar. Esos que cada vez que me ven me recuerdan que estoy calvo, o que tengo más arrugas, o que estoy más canoso. El caso es que todo lo que sale de sus bocas es una “observación”. Digo, tengo espejos, tengo claro que no soy una estatua griega y que mi cuerpo se va deteriorando. No me causa gran conflicto ver que mi cuerpo muestra señales de que ya casi tengo cuarenta años porque amo quien soy y cómo soy. Al parecer eso hace que otros se sientan inseguros porque siempre vienen con sugerencias como que debería ponerme cabello falso para no verme tan feo, usar ropa negra o hacer ejercicio para verme y sentirme mejor, hasta la barba me quieren pintar algunos con tal de no sufrir cuando me miran. Aparentemente les trama verme y hasta se enojan cuando les digo que el autoestima es más barato que tratar de esconder sus defectos.


Y lo peor de todo es que ni siquiera son honestos. En vez de admitir que son unos patanes inseguros y que sienten la necesidad de estar jodiendo, se escudan bajo “soy muy honesto” o “solo te doy mi humilde opinión”. Hmmm, de humilde no tiene nada. Los consejos se dan solo cuando se piden y las opiniones son personales y deberían mantenerse en secreto, total, si no te gusta cómo me veo, ese es problema tuyo. Yo me visto como quiero porque esa ropa me gusta y soy como soy porque así soy feliz. No vivo para complacer a otros y no estoy dispuesto a moldearme a la imagen que otros tienen de mí para que estén contentos.

Si crees que por la apariencia que tengo soy menos hombre, menos profesor, menos psicólogo, menos amigo, menos sano, menos inteligente o preparado para la vida, es porque tú te basa en las apariencias para juzgar a las personas. Quiere decir que si ves a una persona con tatuajes automáticamente piensas que no tiene estudios y es un criminal, y déjame decirte que lo peores criminales no son como los imaginas. En una encuesta enseñaron fotos de Ted Bundy, Jeffery Dahmer y otros asesinos a un lado de un modelo con barba y un turbante y la mayoría escogió a los asesinos porque eran atractivos e inspiraban más confianza. Las cosas casi nunca son como aparecen.

Entonces, mírame y júzgame si gustas. Te aseguro que si me siento agredido por ti, perderé el interés por interactuar contigo y te perderás de una experiencia maravillosa. En lo personal, no estoy dispuesto a que me estén atacando por existir para poder validar tu triste existencia. Enfócate en ti y yo me encargo de lo mío, ¿qué te parece?

Dejemos de poner nuestro valor en los ojos de otros, ellos nunca van a ver lo que uno puede brillar…

Y ustedes hermanos, hermanas, ¿conocen a ese tipo de gente? Compartan… si se atreven…


Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta