
claricelecter@hotmail.com
Los seres humanos somo interesantes. Somos criaturas complejas, con emociones, con pensamientos complicados y sueños tan grandes que a veces rebasan la capacidad de nuestros cuerpos. Incluso éstos son una serie de procesos que, cuando funcionan en armonía, hacen que la magia de nuestra existencia sea posible…
El simple hecho de ser una persona debería ser suficientemente interesante, pero no. Siempre buscamos la manera de adornar nuestra vida con diferentes trofeos, sobre todo cuando queremos causar una buena impresión en otra gente, ya que, al parecer, la vasta complejidad de nuestra existencia aún no es algo que cause una reacción.
Normalmente, buscamos lograr ciertos méritos académicos. Muchos queremos terminar nuestros estudios, tener un título profesional y si se puede, un posgrado. Para muchos, eso significa una mejor oportunidad de trabajo, lo que facilitará la obtención de bienes y servicios que uno requiere para vivir. Entre más preparado esté uno, más fácil se le hará la vida: es la mentira que nos decimos muchos. Los títulos ayudan, claro, pero muchos conocemos el famoso “estás sobrecalificado” en una entrevista de trabajo. Claro, ellos quieren los estudios, la experiencia, la buena actitud, la disponibilidad y la habilidad para trabajar bajo presión y la orientación hacia los resultados pero no están dispuestos a pagar por ello. Irónico, ¿no?
Entonces para ello tenemos que sobresalir, es necesario llenar un currículum con todos nuestros logros académicos y profesionales para poder llamar la atención de quien nos recibe para que nos quiera contratar y tenemos que ser cuestionados en una entrevista (o varias) para determinar si somos los candidatos perfectos para el puesto. Nos tenemos que vestir en nuestros mejores trapos para que vean que somos valiosos y presentables y preparamos nuestra mejor sonrisa para que se vea nuestra buena disposición para trabajar. Todo bien, necesitamos trabajar para vivir y en un mundo competitivo, hay que poner nuestra mejor cara al frente.
Pero también competimos por otras cosas en la vida. Lo hacemos por tener la mejor calificación en la escuela, por ser populares, por tener pareja, incluso tenemos que competir para comprar una casa. Todo en esta vida es una gran carrera para ganar los mejores premios. Incluso cuando ya tienes las cosas, tienes qué luchar constantemente para mantenerlas. Resulta que llegar a la meta el lo fácil, ahora tiene uno qué continuar con el esfuerzo.
El problema es cuando sobrepasamos nuestros límites para llamar la atención. Cuando queremos impresionar a la gente con cosas irreales. Queremos que piensen que somo más de lo que en realidad somos. Eso ya puede causar problemas. Cuando ofrecemos un paquete de veinte pesos y solo tenemos quince qué dar, estamos creando una falsa expectativa que, lamentablemente, nunca vamos a poder entregar.
Es como cuando mentimos de cosas que hacemos para poder impresionar a alguien que nos llama la atención. Yo lo he hecho. Es una estupidez de mi parte, pero si se trata de ser honestos, seamos honestos. He mentido para impresionar a gente que me interesa. Son cosas sencillas y muy en el pasado, pero he adornado mi historia con esferas ajenas. Como cuando cuentas una historia tuya y le agregas un detallito extra que en realidad no pasó. O simplemente dices algo que nunca has hecho. Uno de mis mayores defectos es que muchas expresiones que yo invento las hago pasar por autoría de otras personas. Una vez en una clase llevé una poesía mía que compartí con mis alumnos y les dije que era de un amigo mío. El terror a ser juzgado era real. Al final fue un éxito y les encantó porque hablaba del suicidio y la desesperación del ser humano, pero no quise que supieran que había salido de mi mente.
Incluso hoy en día trabajo arduamente en presentarme tal como soy. En tiempos presentes mi esfuerzo es amarme como soy y no en impresionar a otros. Está bien, sigo teniendo inseguridades como cualquier otra persona, pero es hora de amar lo que tengo, no de pintarme bonito y crear la ilusión de otra persona que definitivamente no soy.
El mayor problema de echarle crema a tus tacos no es que tengan crema, sino que llega el momento que esa imagen irreal que uno presenta se vuelve más deseable que lo que en realidad hay, entonces uno se quiere convertir en lo que vende, y siempre queda corto. Es como cuando uno quiere tener los cuerpos de los modelos en las revistas, perfectos, sin mácula alguna que los haga parecer seres humanos. Lo que muchas veces no sabemos o decidimos ignorar es que esas fotos son retocadas para llenar un estándar irreal de lo que es un cuerpo humano. La gente tiene estrías, la gente tiene lunares y manchas en el cuerpo, eso es normal. Para eso le pagan a alguien mucho dinero para retocar las fotos y borrar cualquier mella que sea “desagradable” para la vista.
Y en realidad, ¿a quién queremos impresionar? ¿A otras personas para que piensen que nosotros valemos la pena como amigos, como amantes o como potenciales empleados o a nosotros mismos que no nos damos el merecido crédito de lo que en realidad valemos? Quizá queremos convencernos de que somos valiosos y que meceremos cosas buenas porque no lo creemos. En mi caso les aseguro que era así: me odiaba tanto a mí mismo que prefería presentar a otra persona más interesante para que me quisieran.
Incluso el hecho de hacer tantas cosas a la vez era un triste esfuerzo para que me quisieran…
Y al final de cuentas, al momento de comenzar a apreciar lo que soy y lo que valgo es cuando dejé de buscar aprobación en los ojos de otros. Es cuando la opinión de terceros dejó de ser prioridad en mi vida.
Ahora mi voz tiene poder y mis sueños se convirtieron en una dulce y poderosa realidad.
Soy Mostro… oime rugir…
Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué ooinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.
Cuando alguna persona hace algún tipo de comentario
a través de nuestra vida ya sea
positavo o peor aún negativo nosotros hacia nuestra.persona y nuestra autoestima es mala , el impacto de eso durará para siempre.
Muy cierto, Blanca. Siempre hay que tener cuidado.
Saludos.
Mostro.