Cuando decides complicar las cosas…

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci

La vida es una serie de experiencias, definitivamente. No es como que existe un manual que te va diciendo exactamente qué hacer en cada situación. Muchas veces depende uno de sus conocimientos, experiencias y mera intuición para determinar qué camino conviene más tomar para salir adelante. Y cada quien tiene una forma diferente de enfrentar las cosas, es la maravilla de ser individuo, ¿no?, que no debemos hacer exactamente lo mismo todos porque definitivamente lo que funciona para unos no siempre funciona para otros. Es parte de lo que considero el misticismo de la vida, lo que la hace interesante, que siempre debes tener los ojos bien abiertos o te puedes estrellar contra el poste…

Ok, ya establecido que todos somos diferentes, es importante recordarme eso mismo, que cada uno de nosotros toma diferentes decisiones, por lo tanto no todos van a pensar como yo. Soy raro, claro, así que es posible que mi forma de pensar, sentir y actuar va a diferir de la mayoría. Eso es algo que me gusta de mí. Pero al mismo tiempo, es importante que la demás gente recuerde que yo no tengo por qué tomar las mismas decisiones que ellos. Todos tenemos una idea de cómo queremos avanzar y qué nos conviene en cada vuelta del camino. Claro, nos podemos hacer recomendaciones y sugerencia, siempre y cuando sean requeridas, pero el hecho de pedir una opinión cambia el hecho de que cada uno debe avanzar a su paso.

Cuando tomo una decisión, generalmente da la impresión de ser a la ligera, de forma indiferente a lo que la demás gente piensa o necesita (según lo que me han comentado a través de los años), porque cuando algo debe ser determinado se hace y ya. Lo que se puede cambiar se cambia y lo que no, se olvida. Calculo cuidadosamente los riesgos y los posibles beneficios de la decisión que necesito tomar y escojo lo que mejor me conviene. El hecho de que pienso rápido y puedo sopesar los pros y los contras de mi elección no quiere decir que lo tomo a la ligera, por más que me digan que no parece ser así. Recordemos que lo que parece no siempre es lo real.

Honestamente vivo de una forma muy sencilla. Lo que decido hacer o no hacer depende principalmente de mi felicidad. Si algo trae consigo la posibilidad de darme alegría, satisfacer mis necesidades y permitirme ser yo, lo hago. Si algo es inútil, vacío o no le trae nada positivo a mi vida, simplemente lo rechazo y lo olvido. Eso aplica a situaciones, sentimientos y gente que aparece en mi vida: ¿me sirve? Venga pues, ¿no me sirve? ¡Adiós! Y salen de mi mente para siempre. Lo he notado úlñtimamente porque ahora que mi pareja y yo estamos compartiendo historias de gente del pasado me doy cuanta de que muchas veces ni siquiera me acuerdo de sus nombres, y considerando que en su momento fueron personas muy importantes en mi vida, se me hace interesante que mi cerebro ni siquiera pueda recordar completamente su existencia. Me muestra lo realmente importantes que fueron en mi vida.

Y algo que no entiendo es cuando la gente complica las cosas que en realidad no son complicadas. Me he encontrado, más en los últimos tiempos que la gente hace que una relación sea más compleja que un cubo de Rubik. Resulta que hay un juego de reglas que debo seguir para ser amigo de alguien, para ser la pareja de alguien, el hermano de alguien, ¡qué flojera! Esa larguísima lista de requisitos es en ocasiones imposible de cumplir y honestamente me aburre pensar en qué estoy fallando a cada momento.

Como algunas personas que esperan encontrar un novio con dinero, atractivo, carismático, celoso (pero no mucho porque luego se hacen posesivos y no muy poco porque luego no les quieren de verdad), que no tenga amigos, que siempre les de la razón (aunque no la tengan porque así debe de ser) y una larga lista de etcéteras. Creo que es un hombre que no existe, pero pues cada quién. Los que también buscan a una mujer perfecta con un cuerpo de Instagram, virginidad intacta, que trabaje en un lugar donde no haya malas influencias, que gane bien (pero no mejor que uno) y que sepa cocinar y limpiar para llenar un rol sexual impuesto por la sociedad porque si no, es mala mujer. Una modelo en la calle y una loca en la cama pero que no muestre su sexualidad porque la pueden ver otras personas y desearla. Mmm. Esos son requerimientos interesantes, mi pregunta es ¿qué traes tú a la mesa si pides tanto? Muchas veces he escuchado a hombres comentar que la chica de la que están hablando podría tener mejores nalgas, ¡cuando ellos están horribles! ¿En serio? Al parecer no tienen espejos…

O simplemente cuando te relacionas con otra persona, ¿no podemos conversar, compartir y aprender en vez de estar debatiendo de quién tiene la razón todo el tiempo? Comprendo que tu forma de vida funciona para ti, pero yo no quiero ser así ni vivir lo que tú vives. No. El hecho que tú quieras llenarte de hijos no quiere decir que yo por no querer tenerlos soy amargado y vivo una existencia vacía. Y para acabarla de complicar, cuando te lo digo, te sientes atacado. Una relación de cualquier tipo (para mí) debe complementar tu vida, no hacerla más pesada. Debe traer conocimientos y placer, no momentos incómodos y sermones que intentan hacerme sentir mal por ser yo. No todo en la vida es un drama completo, no todo es un episodio de “La rosa de Guadalupe”. A veces no estamos de acuerdo y eso está bien. El hecho de que te escucho y te acepto como eres no quiere decir que estoy de acuerdo contigo, pero tampoco por eso quiere decir que tienes el derecho de condenarme por no pensar como tú.

Si ya me la pasé 25 años complicándome la vida y pensando cosas negativas, odiándome profundamente, detestando al mundo por no aceptarme, guardando rencores con todos por cosas que ni valen la pena y sintiéndome menos que el resto del mundo por ser raro creo que ya le dediqué demasiado tiempo. Ahora he soltado todo eso y me dedico simplemente a ser feliz, le duela a quien le duela. Ya si mi mera existencia le causa ruido a otros, quizá es porque mi luz encandila a sus demonios, pero eso no es mi problema.

Lo que sí les aseguro es que mi existencia es muy sencilla y me dedico a disfrutar cada momento. No me fijo en lo que otros tienen porque no es lo mío. Prefiero amar lo que yo tengo. Tampoco tengo tiempo para odiar a los que me odian porque la verdad que ni cuenta me doy, estoy ocupado amando a quien me ama, y sobre todo, amándome yo mismo y lo raro que soy.

Igual lo aplico a mis escritos, me preguntar por qué lo hago si nadie me hace caso: porque me da la gana, porque me da placer y porque compartiendo con ustedes, quizá nos conectemos de alguna manera. Si a alguien le ayuda, aunque sea un poquito, soy un Mostro feliz.

Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué tanto se complican la vida? Compartan… si se atreven…

Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta