¿A qué le tengo miedo?

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#MostroVacci

Soy humano, lo admito, ¿ya, felices? Tengo miedos tanto racionales como irracionales. Hay muchas cosas en mi mente que hacen que me quede despierto en la noche pensando en las cosas que hacen que mi existencia se complique o se sienta en peligro. Me gustaría creer que todos tenemos algo que nos causa las mismas sensaciones, pero podría estar equivocado. Después de todo soy una persona rara y sería curioso descubrir que eso es lo que me diferencia de los demás…

Me gusta hacer como que soy invencible. A veces me veo en el espejo y le dijo al tipo que veo en el espejo que sí pude con todo, que nada le afecta, que es fuerte y poderoso. La verdad es que soy tan fuerte como cualquier ser humano puede ser. Tengo inseguridades, deseos y miedos. Hay cosas que me causan mucho placer y otras que me hacen temblar hasta los huesos. Hay cosas que me lastiman profundamente y otras que ni siquiera me llegan.

Pero, ¿a qué le tengo miedo? A todo, jajajaja. El dolor es algo que no me gusta y me aterra sentir. Lo sé, soy un cobarde, pero es la verdad. Me da miedo sentir dolor físico. Incluso el de una operación me causa un terror increíble. No sé, no me gusta. Comprendo que hay gente que lo disfruta, pero yo no soy uno de ellos. Dicen por ahí que el dolor aumenta el placer, pero la verdad que paso. Prefiero evitarlo y ya. Hasta escucho el cacareo de una gallina cuando lo pienso, pero no lo hace menos real. Al final de cuentas estamos compartiendo, ¿no? Seamos honestos.

Le tengo miedo a ser asaltado. Cada que voy caminando por la calle y se me acerca alguien siento las mariposas en la barriga con una fuerza tan grande que creo que me van a llevar volando. Los estereotipos son horribles, pero a veces los prejuicios están arraigados tan profundamente en uno que no se puede evitar que el cuerpo reaccione. Comprendo que los malandros no usan uniforme y que hasta los que andan de traje y chamarra de marca andan asaltando y matando, pero si algo nos ha enseñado la televisión, las noticias y Hollywood es que la gente mala se viste de cierta manera y tiene ciertas características físicas. Como si un emo o una mujer con un niño no pudiera tener una pistola y quitarte tus pertenencias.

Me aterra la traición. Soy una persona muy desconfiada. Conozco a muchísima gente y me considero un ser muy social, adoro platicar con la gente y decir tontadas que diviertan a otros. Ser el centro de atención, por así decirlo. Adoro ser divertido y carismático, controversial por momentos e irreverente cuando se da la ocasión. Curiosamente, en lo que se trata de intimar con las personas soy lo opuesto, ya que no puedo confiar en cualquier persona. Mis círculos internos son muy limitados. Tengo pocos amigos, pero son una fuerza poderosa en mi vida porque ellos son los que conocen mi alma. Ellos conocen todos mis secretos y sobre todos mis miedos. Son quienes viven en mi corazón y saben cada cosa que pasa por mi mente. Por lo tanto, son los selectos, los especiales, los que invito a ser parte de mi familia escogida. Son los que me aman por ser raro, por ser diferente, por ser Mostro. Por lo mismo, le tengo tanto miedo a la traición, no porque tengo secretos oscuros, porque para ser honesto, soy un libro abierto, sino porque la confianza es algo muy valioso para mí. Valoro mucho la que me tengan y para yo entregarla es aún más difícil. La traición para mí es un pecado mortal que se castiga con mi eterno, perpetuo y completo silencio. El abusar de mi confianza es lo equivalente a una muerte. No te odio, simplemente dejas de existir y el acceso a mi mundo queda sellado para siempre.

El fracaso es algo que me ha causado desvelos en varias ocasiones. De joven, recuerdo haber pesado mucho en qué haría si me encontraba sin casa, sin trabajo, sin dinero. Nunca he vivido en la riqueza, así que no tengo mucho qué perder, sin embargo, siempre me ha dado miedo la idea de vivir en las calles. No me aterra la idea de barrer calles, lavar carros o vender lápices en la calle, eso no me importa mientras sea un trabajo honesto, es la sensación de hambre, frío y la falta de protección lo que me da nervios. Ahora que tengo mi depa y me va bien en la vida, que siento que tengo todo lo que necesito para ser feliz es algo que no me causa preocupación. He tenido la suerte de tener acceso a la educación y he aprovechado cada oportunidad que se me ha presentado, por lo tanto, he sido exitoso. Soy afortunado y no lo olvido, pero por mucho tiempo fue algo que me mantuvo despierto hasta altas horas de la madrugada.

Me asusta mi salud últimamente, he tenido momentos difíciles últimamente, pero al final de cuentas estoy trabajando en ellos. No entraré en detalles, pero gracias a ellos, tuve a mis 37 años mi primer ataque de ansiedad. No se siente bonito. De hecho, el ver el miedo en los ojos de mi pareja mientras me agarra la loquera a medianoche es algo triste que me dolió mucho. Honestamente nunca pensé que me fuera a pasar, pero agradezco haberlo vivido porque así seré mejor terapeuta con mis pacientes, ya que o hay nada mejor que la experiencia propia para ayudar a otros a enfrentar sus demonios. Por primera vez en mi vida sentí la muerte como algo real y sentí miedo. Era un miedo irracional, ya que todo estaba en mi cabeza, pero no por ello fue menos real. Creo que si hubiera estado solo en ese momento hubiera sido algo muy, pero muy pesado. En fin, los problemas de salud han sido tratados y todo bien. Los ataques de pánico dejaron de presentarse cuando decidí que vivir con miedo no es lo mío y que me voy a morir cuando me muera y punto, y que estar preocupándome por cuándo llegaría es una pérdida de tiempo de la jerarquía más alta de la estupidez. La vida es muy corta para vivir asustado.

Sobre todo, mi temor más grande es no haber tenido relevancia en el mundo. La fama no me interesa, tanto así que nadie sabe mi nombre. Incluso gente que se que me detesta lee mis escritos. El haber pasado por este planeta sin dejar una huella es algo que se me hace triste. No quiero que la gente diga mi nombre y hable de lo santo que era porque eso sería falso, sino que recuerden mis palabras y digan: el otro día leí algo de este tipo que me ayudó, o este artículo me encantó. Incluso que digan que estoy bien menso y que mis ideas son tontas es algo bueno. No importa qué reacción cause en el mundo, siempre y cuando sea un tema de conversación, un breviario cultural, un tópico que abra un debate, un pensamiento que haga que alguien reflexione. Eso para mí es algo importante, es mi legado, la huella que quiero dejar en el mundo. Me aterra desaparecer y no haber plantado una semilla positiva en el plano de la existencia. Me aterra dejar de ser y simplemente desaparecer.

Incluso me da miedo compartir mis experiencias con ustedes, y sin embargo lo hago con la esperanza de que alguien se tope con ellas y de algo le sirva saber que al final de cuentas no están solos, que hay otro ser humano que pasa por cosas similares y que enfrenta sus miedos aunque le tiemblen las manos mientras escribe…

Y a ustedes, hermanos, hermanas, ¿qué les da miedo? Compartan… si se atreven…

Un Mostro miedoso.

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