¿Qué es un enemigo?

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci

Enemigo, ¡qué palabra tan interesante! Puede representar tantas cosas que creo que una cuartilla no sería suficiente para definirla completamente. Puede ser esa persona que despierta sentimientos de inseguridad en ti, esa que hace que tu estómago se ate en nudos gigantescos o hasta la que te hace tener pensamientos negativos, vengativos e incluso homicidas. Es en pocas palabras todo lo que odias en el mundo envuelto en una sola persona…

Recordando tiempos pasados, veo los rostros de muchas personas que han pasado por el lado equivocado de mis libros de contabilidad. Esos que me han hecho sentir mal a través de los años. Las que se han reído de mí en alguna ocasión, las que me han insultado, las que me han engañado de alguna forma y todas esas personas que le han traído algún tipo de negatividad en mi vida y no puedo evitar sentir una ligera nota de tristeza al pensar en todas las noches que me la pasé pensando en las variadas y creativas formas en las que iba a ejecutar mi dulce venganza.

Lo más chistoso de todo es que hay varias personas a las que en realidad ni siquiera recuerdo su nombre. Ese es el grado tan profundo en el que han afectado mi vida: que ni siquiera su nombre quedó en mi memoria. Me hace llegar a la conclusión de que simplemente no valió la pena pensar en ellos para empezar. Pasé tantas noches pensando en lo que estaba mal en mi vida, lo que me habían hecho hacer, lo que me habían obligado a pensar, lo que…, un millar de etcéteras estúpidos porque al final de cuentas todo era mi forma de evadir mi responsabilidad sobre mi vida. Porque todo lo que hay en ella es MI responsabilidad. Lo que dejo que me llegue, los que dejo entrar en mi vida y sobre todo las acciones que decido tomar. Todo cae en mis hombros, y hasta que pude ver eso, pude tomar el control sobre mí en vez de culpar al mundo.

La realización (después de 30 mil pesos de terapia) es que al final de cuentas mi peor enemigo soy yo mismo. Soy el que más me cuida y el que más me lastima. Digo, si llega un cometa y cae sobre mí, ya es algo que no puedo controlar, pero todo lo relacionado a mi vida definitivamente es un vehículo que yo debo conducir, sin duda alguna.

Entonces, ¿quién es mi enemigo? ¿Cómo puedo clasificar a las personas que me desean algun mal, a esas que buscan la forma de perjudicarme y hacer que mi vida sea más complicada y que yo tenga problemas? Sencillo, a esas personas las llamo “irrelevantes”, así de fácil. Las llamo así porque si su vida es tan vacía y patética que necesitan estar observando la mía para ver donde entrar a sembrar sus semillas venenosas para ver qué nace en mi patio y cómo afecta el resto de mis plantas, eso es algo triste para esa gente, no para mí porque resulta que no soy responsable de lo fatuo de su propia vida. Irrelevantes porque no merecen mi tiempo simplemente por el hecho de que ni siquiera se lo dedican ellos mismos. Irrelevantes porque su nombre se borra de mi historia y lo único que queda es una vaga memoria de los sentimientos que causaron en su tiempo. Irrelevantes por que cada segundo que pierdo con ellos es tiempo que prefiero dedicarle a mi vida o a otros que quizá realmente necesiten mi ayuda.

Estoy seguro que varios me consideran su enemigo. Quizá mis acciones lo ameriten. No siempre he tomado las decisiones correctas y estoy seguro que he lastimado a varias personas. No es mi intención, pero ha pasado. Probablemente creen que es recíproco, pero no. No hay tiempo en mi corazón para el odio y el rencor. Eso, hermanos, lo dejo en el pasado. Mejor me enfoco en lo que tengo frente a mí ahorita y punto. Mi alma no nutre las semillas del odio, por lo tanto se mueren, se pudren y se reutilizan como abono para la vida que crece constantemente.

Yo no tengo enemigos. He decidido que no existe esa palabra en mi mundo. He agarrado a las personas y las categorizo en dos partes: las que quiero y todas las demás. Las personas que quiero le traen algo interesante a mi vida y me ayudan a crecer, a confiar y a amar, son un recuerdo constante de que hay cosas buenas en éste mundo y todas las demás son el resto que habita en la tierra. Algunos son conocidos y otros por conocer. No los conozco, y si los conocí y me hicieron daño, no los conozco…

Tengo una vida muy sencilla. Vivo, amo, aprendo y escribo. Disfruto los pequeños placeres de la vida y trato de agradecer lo mucho que tengo cada día. Tengo amigos increíbles y tengo la oportunidad de hacer lo que más amo. Hay altas y bajas, como todo y muchos la consideran algo aburrido, pero es la maravilla de ser yo, que puedo escoger lo que quiero, porque es mía.

Ya si tú te consideras mi enemigo, pues adelante, disfrútalo. Si te trae algún tipo de placer pensar negativamente de mí me da gusto por ti. Te aseguro que yo no voy a usar más que unos segundos en ti. No porque no seas un ser humano ni por que seas poca cosa, sino porque simplemente no tengo tiempo para desearte mal alguno ni para sentir cosas negativas hacia ti, prefiero usar mi tiempo en cosas más productivas. Así que disfruta tu odio, saborea tu rencor, úsalo para mejorarte y demostrarme que eres mejor que yo. Con un poco de suerte, en unos años tampoco recordarás mi nombre.

No tengo enemigos. No tengo odio. No tengo rencores. Honestamente, no tengo tiempo, energía ni espacio para cosas negativas en mi vida. He trabajado duro para poder llegar a un lugar donde soy feliz, por lo tanto, cualquier vestigio de podredumbre ha quedado en el pasado, donde le dediqué demasiado tiempo. Mi vida es tranquila. Cero dramas. Amo mi vida y amo a mi gente. Todo lo demás sale sobrando…

Lo que cosechas siempre es resultado de lo que cultivas. Por lo tanto, trato de cultivar cosas que se convertirán en ricos manjares.

Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué plantan? Compartan… si se atreven…

Saludos afectuosos.

Mostro.

2 comentarios de “¿Qué es un enemigo?”

Deja una respuesta