Los peligros del pasado…

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci

El pasado es fabuloso. Me recuerda tiempos buenos donde era más joven, donde mi energía parecía eterna y todas las posibilidades estaban frente a mí. Mi cuerpo era nuevo y todo estaba al alcance de mis manos. Sobre todo, lo maravilloso del pasado es que me recuerda quién era y me ayuda a crecer y aprender para poder avanzar hacia el futuro. Lo amo. Es mi historia y se me hace muy interesante. Es como ver una película que me encanta una y otra vez.

Curiosamente, el pasado es un arma de doble filo muy peligrosa. Es engañoso, mañoso y manipulador. Como uno de esos amigos que solo quiere sacarte provecho. Te hace creer que es mejor que el presente, que ya lo que fuiste se perdió y que lo que eres y tienes hoy no es tan bueno como lo era antes. Es mentiroso porque creé que si no vives en él, que lo vas a olvidar y que será obsoleto en tu vida. Pero se equivoca. La historia no se borra. Se puedo hacer uno tonto, pero lo que hicimos un día siempre estará con nosotros, ya depende de uno si lo usa para bien o para mal propio.

Yo amo mi pasado, pero soy cuidadoso con él. Lo visito y lo disfruto mucho. Me encanta recordar tiempos remotos y escribir sobre ellos. Adoro rememorar y escribir mis historias. Me causa mucho placer recordar lo idiota que era a mis 15 y cómo el mundo me hacía los mandados. Cómo iba a ser famoso y el mundo me iba a adorar. Cómo iba a ser feliz un día y mostrarle a esas personas que me odian que en realidad me iba a convertir en alguien que vale la pena. Que iba a ser rico y poderoso. Que iba a encontrar una pareja perfecta e iba a tener un montón de hijos felices…

Sí, lo sé. Era mi fantasía del futuro. Bueno, cada quien tiene la suya, ¿no? En mi caso pensaba hacer muchas cosas que me iban a convertir en un ser humano aceptable para mi familia y sociedad. Un hombre que causara orgullo a mis padres y que mis hermanas quisieran presumir porque yo era un fregón. Un hombre inteligente y envidiable. Un ser humano completo y exitoso. Un hombre hecho y derecho. Ese con el que todos quieren tener como amigo. El que iba a tener una casota donde cualquiera pudiera quedarse en caso de que lo necesitara.

¡Ups! Resulta que el presente es muy diferente a lo que imaginaba hace tantos años. Tengo muchas cosas que quería, claro, pero la mayoría simplemente no es así. Curiosamente todo es más sencillo. Resulta que todas las cosas gigantes que deseaba en ese entonces en realidad no las quiero. Mi casa es un depa pequeño, le llama mi cajita de zapatos, sin embargo es un lugar que me encanta y me hace muy feliz. Con trabajos quepo con mis gatos y mi pareja, pero es mío y aquí vive mi corazón. Soy exitoso porque tengo mi carrera y he logrado muchas de mis metas que en mi mente eran lo más esencial. Lo más interesante es que a mis 38 años, donde ya debí haber vivido todo según mis 15, aún tengo muchísimas cosas por lograr, así que no hay posibilidad de aburrirme. En el presente amo más intensamente de lo que creí posible. Tengo un novio que comparte su vida conmigo y comparte mi felicidad, me complementa y sobre todo me ama. Solo pensar en su sonrisa me alegra la vida. Tengo amigos increíbles que constantemente enfado con mis cariños y me los regresan.

Entonces, si estoy tan conforme con mi presente, ¿por qué me la pasaría volteando hacia atrás a ver si antes tenía mejor vida? No veo la razón por la que las personas hacemos eso. Dicen los gringos que el pasto se ve más verde en el otro patio. Quizá sea cierto, el problema es que cuando te metes al otro patio y puedes ver que en realidad el famoso pasto ajeno en realidad es igual de imperfecto que el tuyo, habrás perdido el tiempo y de igual manera te has metido sin permiso a donde no te invitaron y puedes tener problemas.

Eso el lo que nos quiere mostrar ese engañoso pasado: que es mejor que el presente. Una cosa es olvidar la historia y otra es vivir el momento. He conocido a mucha gente que se rehúsa a vivir el momento y generalmente se la pasan lamentando lo que ya se perdió, lo que ya envejeció y lo que ya no será. Qué flojera. Honestamente, creo que el presente es maravilloso. Por eso cuando veo a alguien que quiero, disfruto enormemente pasar tiempo con esa persona, para no lamentarme después por no haberlo hecho cuando tuve la oportunidad.

Si pasamos tiempo volteando hacia atrás recordando lo maravillosas que eran las cosas antes, tendemos a desarrollar dolores en el cuello y luego nos preguntamos por qué nos duele. Échenle ganas.

Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué opinan? Compartan… si se atreven…

Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta