Lo que hace la indiferencia en el ser humano

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci


Como toda buena persona con el ego inflado, debo  pensar que el mundo me envidia y que andan en busca de razones para perjudicarme y hacerme quedar mal en todas las áreas de mi vida. Mi estilo de vida y mi “superioridad” seguramente despierta sus inseguridades, por lo tanto me convierto en un blanco, en un bicho que deben aplastar para poder sentirse mejor y en una meta que deben alcanzar.

 

Como alguien con baja autoestima tengo que creer que no soy suficientemente bueno o interesante para que alguien me quiera, o siquiera que le importe a alguien. No van a notar cuando haga falta porque en realidad no soy relevante. No soy atractivo, por lo tanto a nadie le gusto. No soy suficientemente inteligente para avanzar en el trabajo y no tengo posesiones materiales ni dinero de sobra como para poder comprar amistades, por lo tanto estoy destinado a estar completamente solo, aislado, sin amigos, sin alma hasta que me muera encerrado en mi departamento, entonces pasarán unos años y encontrarán mi cadáver momificado y se preguntarán quién fui.

¡Wow! Y pensar que por momentos he pasado por ambos lados. La habilidad de dramatizar las cosas me impresiona y mi imaginación, al parecer, es muy amplia. Debí haber sido escritor. Definitivamente ambos extremos son peligrosos, ya que hacen que la persona que los vive se haga molesta. No hay nada más bello que la modestia. Una persona que sabe que es bella puede tener humildad.

El caso es que, mientras mi mente fluctúa entre los extremos y me miento a mí mismo que en realidad no me importa lo que la gente piense de mí, me doy cuenta, para mi eterna decepción que lo que piensan definitivamente influye en lo que yo mismo pienso de mí. Es una estupidez, lo sé, porque la opinión de las personas no es asunto mío, pero al final del día hay personas que tienen importancia en mi vida y su concepto de mí es válido.

La crítica no me molesta, puedo tomarla de quien viene y hacer un análisis profundo de conductas que debo cambiar para ser mejor persona o simplemente mandarlos a la fregada con instrucciones de cómo llegar. Google Maps es maravilloso. Lo que más me afecta en éste mundo es la indiferencia. Si no me quieres, no hay problema, especialmente si ni en el mundo te hago, pero si yo te he dado un lugar en mi vida, el que me hagas creer que no te importo, especialmente si compartimos una sólida conexión durante un tiempo. Eso me mata.

Dicen que no hay peor enemigo que un amigo pasado. Creo que es verdad. No temo a que expongan mis secretos porque en realidad no tengo tantos, me considero un libro abierto. Le tengo más miedo a que me lastimen. No hay momento que me ponga más triste que ver a los ojos a alguien que amo y ver que no hay nada por mí ahí. Eso me rompe el corazón. De perdida si peleamos y nos alejamos sé que algo causó esa distancia. El problema es cuando se alejan pero sin decir nada, esa indiferencia que muestran hace que mi mundo se desmorone y que me la pase cuestionando lo que hice mal para que me abandonaran. Se me hace un poco cruel.

Si en algún momento fuimos amigos y ya no quieres serlo, lo respeto. Lo que se me hace mala onda es que tu conducta cambie y te conviertas en una persona que parece estar completamente desconectada de mí, como si no existiera. Mejor grítame, pelea conmigo, dime que soy un idiota y que no quieres volver a verme, de perdida veré la pasión en tus ojos y sabré que en algún momento cometí un error grande y merecedor de tu desprecio, si viene de la nada o queda en un misterio, entonces nunca puedo aprender a no repetirlo.

Como dice Victor Moreno: “El peor enemigo del hombre no es el odio, sino la indiferencia”. Creo que tiene razón por la sencilla razón de que el odio es una emoción fuerte causado por un amor dolido. La indiferencia simplemente es la falta de interés. El odio representa pasión mientras la indiferencia es el vacío, la nada, el no me importa.

En mi caso, la indiferencia llega cuando alguien que quiero o que me importa me lastima. Me alejo a toda costa de esa persona y deja de importarme si le va bien o mal. Una vez que me perdiste, me perdiste para siempre. Es la forma que mejor me ha servido para evitarme dolores emocionales en el futuro. Aunque a  veces me cuesta mucho trabajo evitar la punzada de dolor al ver a ciertas personas, pero al final pasan al abismo del olvido y se quedan ahí para siempre.

Y ustedes hermanos, hermanas, ¿qué piensan?

Compartan… si se atreven…

Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta