La simplicidad de amar

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#MostroVacci


El amor. Como científico debo decir que es una serie de reacciones químicas en el cuerpo que hacen que nuestra conducta cambie. Causa sensaciones de euforia increíblemente poderosas que hace que tomemos decisiones importantes y que hagamos cambios significativos de forma rápida y muchas veces impulsiva. Puede ser la sensación más placentera del mundo y ser una gran luz en un mundo de oscuridad.


Sin embargo, es un arma de doble filo. Muchos incluso no creen el él, yo era uno de ellos, creía que eso era para las películas y las personas de mente débil que se dejaban llevar por sus emociones y que no era algo que yo iba a experimentar porque en realidad no existía (forever alone). Miraba a las parejitas como algo molesto, repugnante y ofensivo para la vista y los buenos modales de una sociedad decente.

Eso era, claro, antes de que me convirtiera en uno de esos seres tan molestos que andan avanzando por el mundo con los ojos dejando salir burbujas en forma de corazón mientras la expresión de mi cara me hace parecer un completo idiota, ¡qué sensación tan rica! Ahora vivo el otro lado de la moneda y soy el receptor de miradas molestas y amargadas como las que yo lanzaba hacia otros.

Una vez que llegó esa persona especial en mi vida tuve un punto de comparación interesante. Algo que temía mucho que miraba en otras parejas es la forma de maltratarse. Pensaba que tenía que decirle cosas feas a mi novio cuando llegara porque así se dirigían otras parejas el uno al otro, esos apoditos de “gordo” o “animal” me perturbaban ya que mi autoestima para empezar no era la mejor, por lo tanto, si mi chico me llamaba cosas ofensivas me iba a lastimar profundamente.

Otra cosa que sentía que era necesario para poder salir con alguien era entregarle una lista de mis defectos para que no hubiera sorpresas. Cuando empecé a hacer el inventario de lo que era feo o desagradable de mí me quería morir: eran muchísimas cosas, ¿quién iba a amar a un chico gordo, feo, calvo, con voz rara, vitíligo, estrabismo, estrías y sin refinamiento social? Algún ciego, sordo y en estado de coma, quizá.

Platicando con diferentes personas, me daba cuenta que todos buscamos el amor a nuestra manera, sin embargo le ponemos tantas condiciones para que llegue que es casi imposible que exista algo que se le acerque. Los queremos guapos, disponibles, con dinero, buen gusto, sentido del humor, paciencia infinita, con buenos atributos físicos, con habilidades sociales, fiel, generoso, reservado, inteligente, con buena dentadura, con carro, con una casa y de preferencia que no sea en una privada fea porque no quiero andar batallando con los vecinos grafiteros y malandros. Un sinfín de requisitos que es muy probable que nadie cumpla, y que si hay alguien así y tenemos la suerte de conocerlo, ya tiene una esposa, tres hijos y dos amantes en su repertorio. En ese caso lamento decirles que es altamente posible que se queden solteros.

Además que tanta perfección puede ser muy aburrida, puede que por ser tan buen partido, todo el mundo te quiera dar baje, y si tú eres una persona celosa, vas a estar vigilando hasta las amalgamas de quien entra a tu casa y la verdad que esa idea me da flojera.

Parte de lo que descubrí cuando tuve mi primera relación sentimental es que esté como esté, siempre tengo algo que ofrecerle a la otra persona: puede que se enamoraran de mi buen corazón o de mi sentido del humor. No importa si estaba gordo, le gusté y se enamoró de mí y no le interesó mi larguísima lista de defectos, simplemente los fue descubriendo poco a poco y a pesar de todo me seguía amando, ¡qué alivio! Lo único que le interesaba era que yo lo amara como él a mí, lo demás salió sobrando.

Otra cosa que aprendí con mi chico es que nuestras diferencias gigantescas nos hacen más unidos. Nos enojamos, nos dejamos de hablar un rato y cuando lo mula se baja nos buscamos y una sonrisa, una mirada o un cariño pequeño hace que todos los corajes y tristezas se disipen. Lloramos juntos, discutimos, nos reímos y compartimos una vida juntos y eso es lo único que importa al final del día.

Algo tan poderoso como un mensaje que diga “te amo” como el que acabo de recibir justo en éste momento hace que un día espantoso de trabajo se aligere y que nuestra relación se haga más fuerte porque me recuerda constantemente que está pensando en mí y que le importo. Así de simple es el amor: mientras sepas que la otra persona te ama y que él sema que me ama, ¿qué más importa?

Amar no es tan complicado como lo ponen, es fácil cuando te dejas llevar. En mi caso, mi chico y yo no nos ponemos apodos ofensivos. Nos hablamos con cariño, incluso cuando las chispas vuelan y los dos andamos que ardemos de coraje, tratamos de limitar el lenguaje ofensivo. Al final del día platico con él y constantemente nos mantenemos en contacto durante el tiempo que no estamos juntos. Siempre me dijeron que eso se perdería pronto, pero después de seis años, aún lo hacemos, simplemente porque nos da la gana y lo hemos mantenido vivo.

Reír y llorar es parte del paquete, pero ultimadamente, sentir es más rico que no sentir. Claro, me enfrento a una sociedad completa y a mi familia por quien escojo amar, pero la felicidad que mi corazón ha experimentado gracias a él hace que toda lucha valga la pena. Alguien me ama como soy.

Y ustedes, hermanos, hermanas, ¿qué opinan?

Saludos afectuosos.

Mostro.

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