La necesidad del anonimato

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci

Soy Mostro. Es obvio que no es en nombre que viene en mi acta de nacimiento. Tengo un nombre tan común como cualquier otro hombre. No es el punto. Lo importante no es lo que te llamen sino a lo que respondes. Yo soy Mostro Vacci. Ese es el nombre que yo escogí y las personas que en realidad importan me llaman así. Los demás pueden usar mi nombre de esclavo como dicen los X-Men.

 

Muchos me preguntan que por qué Mostro, que suena intenso. En realidad es una burla hacia las personas que siempre me dijeron que soy un monstruo. Quizá en apariencia lo sea, pero si en realidad me conoces deberías saber que soy una persona buena. Entonces, cuando busqué mi identidad, ya trabajados muchos de mis traumas e ideas autodestructivas, decidí darles un monstruo a los que quisieran verlo. La diferente forma de escribirlo simplemente acentúa la sátira. Seré un monstruo por fuera, pero bajo mis propias reglas, por dentro soy un ser humano, soy amoroso, creativo y simpático, simplemente nunca conocerás ese lado si no lo buscas. Claro que hay defectos, muchos, muchos defectos, pero por el momento decido enfocarme en lo positivo.

Me han comentado que en realidad no saben cómo acercarse a mí, tanto en persona como aquellos que quieren contactarme por correo. Dicen que parezco un completo patán. O que creen que me creo la gran cosa porque escribo y que no me dignaré a contestar sus mensajillos. Se me hace chistoso cómo nos hacemos la idea de lo que somos y lo que diremos y haremos incluso antes de hacerlo y en la mayoría de los casos, se topan con que no soy como imaginaban, que soy más agradable de lo que esperaban. Supongo que eso es algo bueno.

Resulta que conocí a un chico hace unos meses que entre las muchas pláticas que tuvimos me empezó a hablar de un tipo que escribía unos artículos bien interesantes, que hablaba de muchos temas y que le agradaba mucho. Me mandó el link para uno de ellos y resulta que el tipo se llama Mostro Vacci. No pude contener la risa. Le hice preguntas a mi amigo sobre el autor a ver qué sabía y él las contestaba emocionado. Cuando le pregunté que si lo había contactado dijo que no, que no se atrevía. Le dije que no fuera payaso y que se animara, que chanza y le contestaban. Cuando por fin lo convencí, le mandó un correo, en ese momento saqué mi celular y le contesté que le mandaba saludos el tipo que estaba a su lado. Cuando lo leyó pegó el brinco y me dijo que era imposible, (aparentemente los escritores no andamos en la calle con amigos como el resto de los mortales) se emocionó mucho y me hizo miles de preguntas sobre mí. Creo que le interesé más cuando supo quién soy a que cuando era simplemente yo. Fue interesante. Soy tan famoso que ya llegué a mi ciudad. Jajaja. Lo curioso es que poco después de enterarse de eso se alejó de mí, simplemente desapareció. Muchos me dicen que se ha de haber espantado por lo que comparto en mis escritos. 

Como todo ser humano, tengo mis creencias y prejuicios, no he logrado liberarme de algunos aunque trabajo día a día en ellos. No se construyó Roma en un día.

No creo en la frase que tanto dice la gente “a pesar de todo es mi familia”, creo que es la estupidez más grande que he escuchado, y considerando que he escuchado unas gigantescas en mi vida, es algo considerable. Para mí el hecho de haber nacido en algo no lo hace tuyo. El hecho de que seas hija de mi madre y de mi padre te hace mi hermana de sangre, más no de corazón. Es una hermana la que te protege, la que te da amor y la que te enseña. Esa persona que te trata como enemigo definitivamente no es alguien que vale la pena mantener en tu vida, y en mi caso, decido cortar todo vínculo con esa persona odiosa y repugnante.

Los amigos para mí lo son todo. Son mis rocas, la luz de mi camino y el apoyo que necesito para poder sobrevivir. Creo que son muy exageradamente difíciles de encontrar y a veces parece que andas besando miles de sapos para encontrar uno que vale la pena. Muchos, muchos sapos. Afortunadamente he encontrado a gente tan valiosa que han hecho que crea en la amistad verdadera. He llorado mucho en el camino con los falsos amigos, pero he aprendido más. Ha valido la pena.

Definitivamente soy una contradicción en términos. Quiero que el mundo conozca y comparta mis ideas, me muero por hacer un canal de Youtube y compartir mis ideas y sentimientos con todo el mundo. Quiero que todos conozcan mi nombre y lo mencionen como algo interesante y diferente. Quiero que asocien mi marca con la sabiduría, la trascendencia y que la gente sepa quién soy y que me quieran dar muchos abrazos pero no quiero que sepan mi identidad. No quiero que me reconozcan en la calle ni que me hagan preguntas incómodas. Loco, lo sé. A eso mismo me refiero. Me han dicho que mi nombre es conocido por mucha gente ya pero en realidad nadie sabe quién soy. Mi necesidad de anonimato y fama están satisfechas.

Quizá parte de mi motivación para se tan contradictorio es que una parte muy profunda de mí aún creé que conocerme realmente te hace odiarme. Me pasa de repente que alguien me conoce, creé que soy un personaje unidimensional porque me conocen en un ámbito casual y divertido donde estoy diciendo estupideces para hacer a la gente reír, y de repente descubren que tengo cerebro y que lo sé usar. Que tengo opiniones y que no soy tan tímido para expresarlas. Que tengo una historia y que no estoy dispuesto a contarla a cualquiera y de repente se alejan. Quizá se sientan amenazados, aunque en realidad no entiendo por qué.

Entonces, parte de la razón por la que estudié psicología es para comprender el comportamiento humano. Lo chistoso es que al parecer nunca lo comprenderé del todo, aunque he aprendido muchas cosas interesantes. En fin, yo me comprendo solo y a veces hasta ahí desatino. Soy un ser humano, histérico, jodido, retorcido, pero nunca aburrido. Soy Mostro.

¿Y ustedes qué piensan, hermanos, hermanas? Compartan… si se atreven.

Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta