Hoy quiero ser buga

claricelecter@hotmail.com

#MostroVacci

Sey gay es muy cansado, requiere mucha disciplina y esfuerzo. Tengo que saber sobre la cultura del ambiente, el lenguaje, necesito saber coordinar perfectamente unos zapatos con una bolsa y poder peinar a una señora para que parezca más joven de lo que es. Tengo que conocer todas las canciones de Lady Gaga y Thalía, levantar altares para Paulina Rubio y saber quién fregados es Liza Minelli. Necesito saber cantar, actuar, bailar, tejer, cocinar, limpiar y decorar.

Si fallo a uno de éstos estereotipos, vivo con miedo de recibir una llamada del Sindicato Nacional de Homosexuales al Servicio de la Humanidad y Destronamiento de la Familia Natural con una de sus clásicas advertencias de que no estoy cumpliendo con las expectativas de mi trabajo como homosexual y que al juntar otras dos advertencias me van a rescindir el contrato. Es realmente estresante.

Por lo tanto, presento mi renuncia. Por el simple hecho de que me rehúso a formar parte de los estereotipos que la sociedad ha formado de mis hermanos. Por necesitar ser yo y no otra persona. Me retiro porque no puedo vivir en un ambiente donde soy discriminado por mis propios hermanos por no ser guapo y delgado como ellos me han dicho que debo ser. Dejo el gremio por no poder con tanta presión de los mormones que dicen que bailo en los brazos de mi amigo Lucifer que me confunde y evita que yo tenga a mis hijos.

Hoy quiero salir al mundo y buscar mi felicidad. Quiero besar a una chica y sentir excitación por el prospecto de entrar en una vagina con el único propósito de no contribuir al aborto masculino y que todos mis millones de hijos potenciales tengan la misma oportunidad de vivir, de venir al mundo y experimentar las bellezas de nuestra sociedad, para que puedan ser moldeados a los que mis vecinos dicen que deben ser y no lo que su naturaleza y conciencia dicten. Para que podamos matar sus sueños y programarlos para que ellos quieran ser lo que nosotros queremos que sean. Eso será el máximo logro en mi vida: romper el espíritu de mis muchos, muchos hijos para que sean ciudadanos socialmente morales y aceptables para que la gente no vaya a criticarme.

A partir de hoy voy a buscar una novia. Una chica virgen para que el día de nuestra boda yo sea el único que conozca sexualmente, así estaré seguro que cada cosa que le haga será nuevo y maravilloso, la cabo que no tendrá punto de comparación. Seré lo único, lo máximo y su única autoridad. Si me desafía la golpearé para demostrarle lo hombrecito que soy y también lo haré en las fiestas familiares para que todos vean quién manda.

Quiero emborracharme a lo estúpido y gastar todo mi dinero, ir a donde las mujeres me ponen las chichis en la cara y me bailan en las piernas mientras aseguran que tengo el pene más grande que han sentido. Hay que comprobar lo macho que soy, ¿no? Incluso buscaré una que otra amante para que no me falte sexo , no me vaya a regresar al pecado por falta de sexo buga en mi vida.

Quiero formar parte de una religión. Iré a la iglesia con mi hermana y donaré mucho dinero para poder comprar mi salvación. Iré cada domingo a misa para que mi pasado oscuro, o mejor dicho, colorido quede atrás para que mis hijos nunca sepan lo que hice. Les podré contar historias de mi virginidad y mi respeto por las mujeres a tal grado que mi esposa es la única mujer que he tocado. Estarán tan orgullosos.

Lo más importante que tengo que hacer es alejarme de mis amigos. Romper los lazos con esas personas que me quieren y me apoyan ahorita que aún soy gay. No importa que sean personas con valores muy profundos ni que sean leales en los momentos más difíciles. El hecho de que me puedan delatar en un futuro los hace peligrosos. Se tienen que ir. Al cabo que en mi nueva iglesia me van a prestar a muchos amigos para que me indiquen siempre el camino correcto. Aleluyer!

Así será más fácil. La gente me conocerá por quien pretendo ser y me aceptará. No se sentirá incómoda a mi lado porque me gustarán las mujeres y defenderé la familia natural. Haré protestas en contra de esos gays que quieren reclutar a mis hijos. Negaré mi pasado y seré feliz. Tengo que serlo, tengo que serlo…

Entonces seré buga. Es más, a no puedo usar esa palabra porque es de gays. Seré hombre, sí, hombre.

¡Uf! Ya dije todo lo que quieren oír las personas que me odian por ser yo. Ya puedo regresar a mi realidad, esa donde en realidad no puedo escoger quién me atrae (aunque si pudiera escoger, sería gay, jajaja). Honestamente mi felicidad está al alcance de mis manos. Soy feliz siendo gay, soy feliz con mis amigos y con las decisiones que he tomado en mi vida. Sobre todo, soy feliz escribiendo y siento parte del Sindicato. No me vayan a quitar la credencial, por favor.

No quiero ser buga. Me gusta quien soy. No soy un prejuicio ni un estereotipo. Simplemente soy Mostro.

¿Y ustedes qué opinan, hermanos, hermanas? Compartan… si se atreven.

Saludos afectuosos.

Mostro.

Deja una respuesta